Enmienda

Sera que los años que vivimos van tatuados, va tatuada la pena...
Yo seré para vos cuando me vaya
el mar, la luz, la música y la aurora.
vos serás para mí cuando te vayas
el mar, la obscuridad, la muerte y las tinieblas.
Mar en tus ojos hay, musgo en los míos
Ansia de vivir habrá en tus ojos
ansia de morir habrá en los míos
Habrá luz en tus ojos, música y aurora
Habrá amor en tu alma, alegría seductora
Quisiera no tener memoria

convertirme en el piadoso polvo para escapar a la condena de mirarme.

Espasmo

Misticismo secreto
se cuela entre el vestíbulo
de mis muslos;
permutan las facciones
de mis pechos;
la dermis escribe
versos de sudores
excitados y el encaje
de mi cintura aprecia la lluvia.
Mi aurora despliega
entreabierta,
lenguas de fuego
inflamando el cetro
de mi placer absoluto.
Esquivo los postigos
de la oscuridad,
buscando el retorno
de mis dedos ansiosos
en medio de un desasosiego
que electrifica
cada pliegue de mi cuerpo.
Con sonoros gemidos
saboreo mi boca,
arqueando mi fragilidad
y el Universo

resuena a unos centímetros de ti.

Melancolía

Abatida por  despertares sin preaviso ni protesta,
sin paciencia ni alegría, sin más paz que mi fealdad;
ya los sueños no son más que un ayer desvanecido;
ya no creo en avatares, ni en promesas ni en silencios
sólo creo en lo que veo
y lo que veo no es real...
Voy cayendo en picada sin saber de dónde vengo,
sin saber si lo que soy es tan sólo un sueño extraño,
o es apenas el botín de un pirata del pasado,
o es que acaso el bucanero es aliento del futuro
un futuro que se ahoga al volcarse hacia el presente,
un futuro apaciguado
lacerado y oprimido,
un futuro silencioso, casi mudo, derruido
en contraste tan confuso que semeja al caos fractal.
Voy volcando pesadillas para goce de este mundo
donde todo lo premiado es premiado por maldad,
y los héroes son caudillos que desmiembran o verdugos
que ejecutan sus sentencias sin cuartel y sin piedad.
Voy besando mis recuerdos sin saber si es que son míos
o prestados o comprados o tomados al azar.
Voy bebiendo de la vida lo poquito que me otorga
y sedienta voy llorando lo que nunca quise dar.
Y no queda más remedio que seguir la misma senda
y cargando con el cuerpo que me sirve de prisión

ir pagando los pecados que son míos y no son

Cólera

En un lujoso restaurante de aquella pequeña ciudad, se celebrara la boda que siempre había soñado Daniela.
Con su bello vestido blanco y del brazo de su amado Javier, entraban en aquel salón, más de cien personas aplaudían de pie, emocionados. Ubicados en mesas ordenadas en medio circulo, con la mesa de los novios en la cabecera, el ovalo que quedaba al medio era para luego bailar.
Mientras tanto, en una casa a pocas calles de aquel lugar, una dama, vestida con un largo y sinuoso vestido negro que resaltaba su perfecta silueta, frente al espejo, coloco una capelina negra, dibujo media sonrisa en su rostro y salió.
En la fiesta, la música, los murmullos, las risas, todo invitaba al festejo del broche de oro de la relación de Daniela y Javier, luego de tantos años juntos…
Bailaron el vals... el la besaba, ella se sentía feliz, el la miraba embobado…

Angustia

Recostada en la cama, la pereza invadía su cuerpo…la delicada mano que acariciaba su espalda se transformó, de golpe, en un temblor glaciar que le recorrió el cuerpo. No atinó a darse vuelta.
Prefería la siempre traicionera paz de la ignorancia.
La absurda certeza de estar sola en esa desconocida casa, era lo único que la mantenía con vida.
El aliento se le escapaba en pequeños sonidos. Sudor, pánico, terror. Si giraba la cabeza se sabía perdida.
Mejor esperar lo inevitable con el corazón en lágrimas y la vista tan temblorosa fija en su almohada
Sólo entonces se opuso a la verdad. Giró lentamente la cabeza y descubrió,

Con el terror de una presa, su reflejo solitario, en un viejo espejo.

Integridad

Aquello que sacude nuestro corazón es nada más y nada menos que momentos preciosos y sencillos que llenan de goce y satisfacción nuestras vidas. Esos pedacitos de tiempo y espacio que se atesoran en el fondo del ser y que nos ayudan a ser felices. El deleite de los sentidos en todos los ídem, valga la redundancia. Vista, oído, olfato, gusto, tacto. Hedonismo en estado puro, pero hedonismo bien entendido.
… un café con leche recién hecho…
… una caricia todo a lo largo de la espalda…
… la risa de un bebé…
… el cielo gris y la luz de otoño…
… el aroma del jazmín en primavera…
… chocolate amargo…
… el tacto de la hierba húmeda en los pies descalzos…
… una buena conversación sobre cualquier cosa interesante, trascendente o mundano…
… la hipnosis que produce ver dormir a tu hijito, imagen viva de la placidez,

… la luz del amanecer entrando por la ventana, la brisa refrescante, cortinas blancas, el susurro del mar, el abrazo del ser amado… (Esta es el colmo del placer, para mi gusto)

Tu


Íntimos, tantos años
Disfrutando resabios de días juntos,
suavidad de caricias candentes,
liberan, indecentes propuestas azules
en la victoria con que tu ausencia
me visita en esa permanencia

que aguardo hasta que te vienes.

Ira

Desordenados y atónitos, la sangre aún se puede regar de aquellos que te hicieron mendigar. Vístete de gala y excita las llamas. Siéntate en el trono y viaja en el desprecio. ¡Ya nunca verás otra alborada! Deslumbrante ser, perecerás en las tinieblas. ¡Adelántate y cierra la puerta! Porque la horrible multitud ríe. Ya que gracias a ti, la sonrisa ha muerto.


Maldita sobriedad


No es tan venenoso, ya: también caduca
el amor en la fecha señalada en su dorso.
Ya no es ese cianuro
tan eficaz, ni acaso necesaria
la urgente sobredosis. Qué cualidad letal
la del amor filtrado en la memoria.
Regreso a las palabras y compruebo que nunca
se contagian o enferman con las fases
de mi intoxicación o mi delirio.
Siempre más sanas, siempre
a punto de ser dadas de alta y de dejarme
un poco más enferma. Y nunca simultánea
he sentido la fiebre en mi otro cuerpo,

el que tiene por vísceras palabras.

Sofoco

Despilfarro del ingenio en vergüenza
la lujuria es en acto, y hasta el acto
desleal, sanguinaria, traidora,
salvaje, extrema, cruel y ruda:

subestimada no bien se la disfruta,
sin medida anhelada, y ya alcanzada,
odiada sin mesura, cual un cebo
que desquicia al incauto que lo traga.

Desarticula los suspiros, los abrazos,
los gemidos del antes y el durante,
regocijo al sentir, después penuria,
promesa de alegría, luego un sueño.

Lo saben todos, pero nadie sabe

cerrar el cielo que lleva hasta ese infierno.

Nada vence un sentir (segunda y ultima parte)



Lucia contemplaba con una sonrisa, el color de la pared del cuarto del bebe, había quedado tal cual lo había soñado.


El piso de alquiler que habían rentado en Chile, era confortable, ella con pasión decoro cada rincón de ese, el hogar.


Esa mañana Luisa recibe una llamada que la sorprendió bastante, desde que habían tomado la decisión de irse de Argentina, no había vuelto a hablar con su madre


-hola Luisa, necesito verte, los estudios que me hicieron no salieron bien y deseo verte.


Luisa emocionada, había esperado tanto esa llamada, contesto…


Mama, que alegría escucharte, seguro que saldrá todo bien, lo de viajar se complica un poco, mi embarazo está avanzado y volar… temo volar… pero.


La madre la interrumpió


-hija, siento este tiempo de ausencia, pero es preciso que vengas….te necesito. Y corto


Luisa se quedó con el teléfono en la mano, mirando esa pared, tocándose el vientre, y sus lágrimas brotaban sin cesar de sus ojos.


Cuando el llego, la encontró en la terraza, abrigada con una manta, mirando a la nada misma, la beso, acaricio su vientre, y la abrazo fuerte, Luisa temblaba….


-¿qué pasa cariño? ¿Decime que ocurre, porque estas así?


-Tenemos que ir a Argentina, me llamo mi madre, está muy mal y además lo pensé bien y deseo que nuestro hijo nazca allá.


-¡olvídalo! No podes volar, recuerda tu presión, y lo que el medico recomendó, tranquilidad y nada de disgustos


-por eso, si me amas y no quieres ponerme mal, vamos a argentina, vamos en coche, que más da, de paso contemplamos el hermoso paisaje, los dos amamos las montañas, y tendremos montañas de todos los gustos (sonrió)


- a ver, deja que me organice y en unos días te digo algo, es que el trabajo, mis empleados, justo en estas fechas…


- sé que si te pones algo en mente lo logras, asique, en tres días viajamos a Argentina… ¡te amo hermoso! Y sonrió


Se veía tan bella, el embarazo enalteció su dulzura…. El la miraba, enamorado perdido, como el primer día.


Una mañana se levantaron, ya tenían todo listo, mientras Luisa hacia el desayuno, el miraba por la ventana el cielo, estaba nublado, anunciaban tormentas, en ese momento le vino a la memoria que de pequeños adoraban ver las tormentas eléctricas…

Ya habían pasado el paso fronterizo, iban en mitad del viaje, la ruta rodeaba altas montañas y el paisaje era encantador, hasta la lluvia daba un toque romántico a aquel viaje. Luisa acariciaba su vientre, el la miro, de esa manera que siempre la había cautivado… de repente un reventón, el coche empezó a ir de un lado a otro, el intento maniobrar, todo resulto en vano, y cayeron, tumbos y más tumbos, era interminable aquel precipicio…


En esta historia no comieron perdices, el destino, o como quieran llamarlo, hizo que sus vidas acabaran, así… sin más, ni el abismo, ni la muerte pudo vencer su sentir.

Manía

Me perteneces, quería protegerte
Sentirme parte de tu vida vacía,
Sentir que el viento tocaba
las sensibles cuerdas de la felicidad....
¡Pero no! tú dejaste un hondo pesar,
Y quitaste mi seguridad,
Tengo que pensar lo que debo hacer
quitarte el corazón o morir con él.
No puedo dejarte ser...
Debo hacerte mi prisionero
que dependas solo de mí...
de mi agrietado corazón viejo y sangrante,
Quitarte las mieles que otras te pueden dar,
Meterme en tus sueños, en tus ojos y ser yo quien los guie,
Quien te torture por la eternidad.
Tarde he comprendido
Que mi fin sobre ti es condenarte
A una vida llena de sufrimiento
Por el amor que te profeso,
Oh! cuanto me arrepiento,
De amarte tanto,
Y ser tu verdugo,
Quien te da nada, solo amor
Amor...amor leal,
Sin mentiras, sin fingimientos,

Un amor casi muerto,
que nada hace, mio y pasional.


Inmersa en un abismo más oscuro que tu mirada.

me encuentro ausente, perdida y olvidada.

ya sé que no pertenezco a este lugar.

porque vos te encargaste de desterrarme de aquí.

matando a aquel ángel que habitaba en mí.

Ahora pertenezco a otro lugar donde ni la muerte me podrá salvar, pertenezco al abismo, a la oscuridad.

pertenezco a esta noche sin luna.

la que jamás volverá a brillar.

No me salves. No vengas por mí

¡Ya es demasiado tarde!

...desgarraste mi alma, destrozaste mi corazón.

Ya no queda nada bueno en mí.

deja que me pierda en esta noche que ya es mi fin.

Nada vence un sentir (primera parte)

Verano, noche clara. Las estrellas rutilan descaradas, rodeando la cara que muestra la hermosa luna.
En uno de los árboles del parque de aquella majestuosa casa, estaba el apoyado, de figura atlética y arrogante, fuma cigarrillo tras cigarrillo, mirando el cielo.
Quieto, estático, con los ojos fijos en todo y en nada, Tenía que entrar en esa casa, dio un salto cuando la braza del cigarrillo quemo su blanca camisa.
Las grandes puertas se abren y pasa lentamente un coche, Luisa llegaba cansada luego de una larga jornada
-buenas noches bonita
- ¿eh? ¿Qué estás haciendo acá? ¿No viajabas a chile? Lo que me faltaba, encontrarme con vos, día de mierda si los hay…
-- tranquila fiera, que todo esto es tuyo y la noche de todos, por lo tanto mía también
Y prendió otro cigarrillo con todo descaro
-          ¡sos un cínico!
-          Así me han dicho infinitas veces, tantas que termine por creerlo… mira que hermosa noche, y vos con esa cara de enojo, estas realmente fea, y a mí me gustan las mujeres lindas, ya lo sabes, si suavizas un poco esa fruncida nariz… perdonare las ojeras y tu despeinado pelo (irónico comento)

Enfurecida, siguió su marcha y estaciono el coche, bajo, abrió la puerta de la casa al tiempo que gritaba
-papa, ¿qué demonios hace mi primo acá aun?

Evocación

“La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia” .El silencio de aquella casa no era la simple ausencia de ruidos que se acostumbra a experimentar cuando la noche se adueñaba del mundo, esto era diferente; era un silencio palpable; espeso; crudo; gélido… era algo que tenía vida propia. Los pasillos, cortos a la luz del día, o de buenas lámparas, se volvían corredores de longitud infinita cuando las sombras se extendían por las viejas paredes.
En piso crujía, sin razón aparente, en un ritmo acompasado. Si una luz, por más fuerte que fuera, hubiera estado ahí, tratando de revelar los objetos que estaban regados por doquier, se hubiera visto consumida, lentamente, por inexplicables objetos que se movían con la agilidad con que una serpiente se arrastra por la tierra.
Había largos murmullos, encapsulados por el tiempo, que recorrían las habitaciones, también estaban las voces, graves, hoscas, frías y grotescas, que susurraban nombres, o frases, en lenguas desconocidas. La sensación de que algo estuviera ahí era demasiado fuerte para no creerlo. Era una presencia, al igual que el silencio, que podía mover cosas.

Amankay

No peco de vanidosa 
Tengo un estilo definido
Pocos saben de que hablo
Patético el mundo en que vivo
me pregunto, ¿cuál es el motivo?
Orgullosa estoy de mi identidad
No debo dar explicación
Ponte frente a un espejo
Vos, ¿sabes quién sos?
Numerosas mentes retorcidas
Suponen un genio
viven espiando su alrededor
y ¿me hablas de temperamento?
Tengo un estilo definido
no lo volveré a repetir
si preguntan el porque, no me importa
no adeudo justificación.
Escribo a modo de consuelo
por mi irritable alrededor
Escribo porque así lo de deseo

y si deseos tengo, así me voy....

Manicomio

El mudo corre desnudo, y mea donde se le da la gana, Gloria llora sus penas y con dos dientes grita que las paredes emanan paz y le dicen  ¡bella! y camina y camina murmurando, cosas que pasan.
Juan no sabe escribir y el alcohol quemo su cabeza y sus entrañas,  Pedro camina con prisa mientras grita ¡quítate, no tengo nada! El motor del agua ruge, Cecilia esta cagada, y Mercedes habla con uno y con otros, y al lado de ella no hay nada.
Quién diablos puede decir, lo que se vive en ese lugar, si cuando alguien viene de visita… ¡hay que avisar!, entonces lo bañan, lo visten, y pasan el portal, donde en la sala de espera, algún que otro familiar, viene a traer cigarros al desdichado que “loco “esta.


Desventurado







No me culpes si en tu cuerpo

han quedado mis pasiones

Ni si en cada gemido

que a tu odio llegan muertos

Idealizas que son míos

No te atrevas a pensarme

cuando te tocas solitario

No soy yo quien te acaricia

Ni quien te besa los labios

Y si en tu lecho me buscas

Sediento y añorando

Recuerda que te amé un día

Solo un día, y sigo penando.

Guztiak

Un bello recuerdo vino a mi mente una vez más, y decidí escribirlo.
Era en España, en el mes de octubre, él vivía en un bonito piso en una ciudad costera, Canet d'En Berenguer, hacía tiempo que nos amábamos, ya les comente en otro escrito sobre sus pestañas, sus ojos, su boca…
Una noche estábamos recostados en el sofá, apasionados por las películas clásicas, esta vez y por cuarta vez, estábamos viendo Doctor Zhivago.
Digo cuarta vez, porque cuando la película comenzaba a conmovernos, nos besábamos,  acariciábamos, y hacíamos el amor, el mando se caía, los cojines volaban, y nosotros levitábamos, con el corazón a mil y una sonrisa de placer y plenitud, la película ya había pasado…
Volviendo a esa noche… hubo besos, claro… toqueteos… ¡claro!, varios cubatas, aun así logramos terminar de ver aquella sublime historia de amor.

Y si



Creame si le cuento que he llegado en un barco sin luces. Que mi destino se debe a un simple golpe de timón. No le miento si le digo que he venido al lomo de un tren torcido, raspado el anden y que de a poco me he ido encarrilando. Comprenda que hace tiempo que caigo suavemente en este avión, de papel de cuaderno, como el que hacíamos en la escuela. Si usted viera lo simple que soy, entendería mi complejidad.


Destierro

Breves pensamiento
el viento sopla,
en la oscuridad de mi corazón.
Se escuchan gritos y llantos,
pero no escucho tu voz...
Las rosas,
se secaran en mis manos
como en tu tumba,
Tu cuerpo será devorado,
devorado por gusanos...
pero gotean tus lágrimas,
en las rosas ya secas y marchitas,
pintando de rojo las manos

del poeta que en tu oscura alma habita.


pero gotean tus lágrimas,
en las rosas ya secas y marchitas,
pintando de rojo las manos

del poeta que en tu oscura alma habita.

Sometidos

Más que en sus cuerpos, en sus miradas, se reflejan sus pensares, donde mudas sus voces, permanecen inquietas en el interior del alma
En el mundo de arriba, tan distante a este, pecan unos y otros, sus voces gritan la suerte que no les es correspondida, desde alto caen en picado, cruzando el mar azul de blancas olas deformes,  las cuales no se interponen en su descenso, mar azul brinda un rojo sangre, a quienes pierden sus alas.
Y estos creen poder despertar de la pesadilla que ahora les abraza, las gotas de dolor.
Poco a poco bañan las blancas alas de quienes aún mantienen el vuelo, semejantes vistas volverán
de nuevo en la noche, donde solo unos pocos despertaran con los recuerdos de quienes no

regresaron de la pesadilla, que aun puebla los cielos.

Amor




Cada gota de sangre que emanan de tus ojos las esparzo sobre mi corazón vacío, lanzo al viento las palabras tímidas de tu ser y desearía que salvaras mi alma de la oscuridad. Tus labios están débiles y pálidos y tu mirada se empieza a cerrar estas cubierto de fuego que separa nuestras vidas.

Perdida en un valle de soledad nunca creí que existiera alguien a quien adorar, hasta que vi la luz de tus ojos, te has convertido en mi Dios a vos van dirigidas mis plegarias y pondría mi vida en tus manos.

Veo un brillo claro en el firmamento la luna se observa en todo su esplendor, una perfecta mezcla de almas con un mismo deseo donde el mar acaricia la orilla

Llevas la noche en tu corazón y la brisa crea un ligero sonido, no hay disfraz, tu sombra aplastada a mi espalda, pletórica sensación de alivio. Aun no te has ido

Afrenta

Él estaba sentado frente a ella, un bolso a su lado definía su partida.
¡Por mis muertos te juro que no te engañe! Grito
En el sofá vio a su abuela tejiendo, con una sonrisa le dijo- decile la verdad.
En el pasillo vio a su padre con el rostro desfigurado al grito de – ¡esa es mi niña!
Temblorosa comenzó a llorar, no entendía nada, una voz le susurró al oído – das asco, no vales la pena.
¡Por favor, por favor! Su llanto era desesperado, aturdida  salió corriendo a la calle, de pronto sintió unos brazos que le rodeaban la cintura, quedo inmóvil

_ tranquila, mi amor, te creo

Ceremonial

Se dirigió caminando, sigilosamente, por aquel  bosque, la noche no tardaba en llegar, y ella aun no sabía bien su destino, quebrando ramas, pisando arbustos,  sofocada de calor, con la camiseta pegada a su cuerpo, y su botella de agua vacía… apuro un poco el paso, con arañazos en sus brazos y ya de mal humor seguía sin encontrar donde se abría aquel tupido bosque… Chillidos de todas clases de aves  aturdían su mente, al tiempo que era picada por insectos…
Algo la detuvo, escucho voces humanas, se alegró y se dirigió hacia donde provenían, por fin había encontrado un claro en el bosque… sorprendida vio a varias personas alrededor de una fogata, la noche se hacía presente. Con sonrisa la recibieron, ella, extrañada, se sintió cómoda.
Estaba en el lugar indicado, del que tanto le habían hablado, allí se encontraba  el chamán y seis personas más, con ella eran ocho rodeando la fogata. Por una combinación de plantas psicodélicas y música, el trance chamánico le permite a uno percibir parte de lo que no puede ser percibido en los estados ordinarios de conciencia. Esto se realiza generalmente con el propósito de la cura, la adivinación o comunicación con el mundo de los espíritus. El chamán bebe Ayahuasca para que

Tránsito



El día que me muera


quiero una tumba olvidada


que cubriendo la arena caldeada


descansara a la orilla del mar


Y dormir del oleaje al arrullo


escuchando el eterno murmullo


de las olas que vienen y van


Admirar el doliente destello


de la luz moribunda del sol


que al hundirse en lejano horizonte


besa el agua y el cielo y el monte


con sus ondas de luz y calor


Yo se entonces que blancas gaviotas


emigrando de playas ignotas


a mi asilo vendrán a gemir


y solo ellas sabrán que he llorado


que es muy triste morir olvidado


del hogar, de la patria y de ti


Ni una flor, ni un recuerdo bendito


Ni un arbusto, el arbusto marchito


que a otras tumbas su sombra les da


enfriara la cabeza ardorosa


A la espera preparo mi vuelo


Como estrella que brillar en el cielo,


Y encuentro a la muerte amorosa


Sin guadaña, con fragancia de rosa





Que me lleva a la eternidad.

Desorden

Despeinada, buscando a tientas  sus pantuflas, con toda la pereza  del mundo, se dirigió al baño, una ducha lograría quizás quitar aquella resaca que sentía su cuerpo, se miró al espejo, y sin prisa alguna, la idea de mojarse se alejó de su mente.
Un café cargado, y un cigarrillo…. A la segunda calada se sentía tan entabacada que lo tiro.
Miro su móvil, dos llamadas de su madre, más de lo mismo.
Abrió la ventana, una bocanada de aire demasiado cálido y el reflejo del sol, hizo que la cerrara rápidamente.
Termino el café de un sorbo, nada por hacer, domingo mortecino, no recordaba casi nada de la noche anterior, amigos , música, cocaína, tragos, movimientos, cocaína, sudor, franeleo, cocaína.
Pagaría lo que fuera por ser feliz una puta hora del día, pero estaba jodida, su adicción había empezado como la de la mayoría, primero las pruebas y te diviertes. Luego te acostumbras a ella y te produce bienestar. Finalmente estas siempre mal al menos que la tomes, de manera ilusa su autoestima subía, se sentía sexy consumiendo.
Volvió a la cama y se desplomo sobre ella con la cabeza hundida en la almohada, hacía tiempo que no lloraba, pataleaba como una niña rabiosa y maldecía a todo lo que le venía  a la mente.
Aturdida, enajenada, llevaba sus manos a la cabeza, una raya… necesitaba una raya, el móvil no dejaba de sonar,  corrió al baño, de un puñetazo hizo mierda el espejo, sangre corría por sus dedos, el maldito teléfono seguía sonando, como pudo atendió, era su madre…

_ ¡AYUDAME MAMA!




                                  "Estas ideas mías
                                     Infectan la mente
                                      Se filtran por la médula
                                         Hormiguean en la barriga, hinchándola hasta arder
                                             Es entonces cuando llega el dolor
                                   Como un segundo esqueleto 

                                            Intentando encajar bajo la piel" 

I 

Loores y olores

Patricia estaba nerviosa sentada en la cama. En unos instantes él iba a venir y sentía un cúmulo de sensaciones... No sabía si hacía bien o mal, solo llevaba un año casada y estaba sentada en esa cama de la habitación de un hotel para entregarse a un hombre que no era el suyo. Era un compañero de trabajo, lo conocía de varios años y últimamente habían tenido bastante tensión sexual, pero no imaginaba que esto ocurriría, que quedarían para tener sexo, para apagar ese fuego que había surgido entre ellos. Habían acordado que fuese solo una vez...
De repente sonó la puerta de la habitación ella salió corriendo, impaciente por verle, por abrir esa puerta... Y ahí estaba él, con la camisa desabrochada parcialmente, dejando asomar parte de su torso, un torso espectacular... Unos jeans que dejaban intuir su excitación... Ella lo esperaba en camisón con un tirante ligeramente bajado... Se fundieron en un gran beso nada más verse, la abrazó apretando su miembro contra ella, haciendo que ella notara su excitación, cerró la puerta de la habitación y la puso contra ella, metió su mano por debajo del camisón... Estaba húmeda, súper excitada... El no pudo

Lengua


Desnudo consonantes 
Arrojo vocales
Acomodo las sílabas
Estiro  la rima
Riego el poema
Acaricio los puntos
y dibujo los sueños
Gemidos como pausas
y sollozos son estrofas.
Deslizo la pluma
En vertebradas palabras
Me seducen las comas
Y muerdo sutilmente tus puntos
Bebo la tinta
Olfateo el deseo.
Delineo con la lengua
El balbuceo de mis labios
Sujeto a las metáforas
Agrupo la emoción
Coqueteo con la esencia…
La lectura me envuelve
Masculinidad eres…

 Mi poeta.

Luces paganas

Cincundada  por la sombra temible,
que difunde la muerte asoladora,
desterrada en una tierra inhabitable
que a sus tristes moradores cruel devora,
diviso la luz inagotable
del sol eterno que brilla sin aurora,
que no vio del ocaso la tumba oscura
ya rápidos derrama la dicha pura
y los dardos de la burla y reproche,
en una tierra extraña y forastera.
Intento mencionar esa pesadilla
entre cepos, esposas y cadenas
Y vos, colosal varón de mis venas
abismo inagotable de dulzura
das vitalidad y aliento a mi flaqueza.
Sumergida en un mar de amarguras
Entre tinieblas que de forma absurda me juzgan
Tu mano haca la luz me encamina
cuando me rinde un sueño apacible
y subo a la morada inaccesible.
De las plegarias internas más absurdas
sin rumbo, sin carta y sin guía;
una aura dulce y fresca respiraba,
ya mi corazón dilataba la alegría;
una calma benéfica reinaba,
y la pálida luna resplandecía;
encantadora luz por la cual suspiro
Así en mi entusiasmo dirigía
todo mi corazón a tu luz encantadora,
sumergida en patética alegría,
cuando un mármol nevado es nueva aurora
se presenta la senda suspirada

con fragmentos  de sucesos de mi vida

Viajes sin llamadas

Luego de una espera sofocante y mi falda pegada en mi culo, aparece el de recursos humanos, me da la mano y una silla. Sobre la mesa está mi currículum impreso, tres folios y la foto en blanco y negro. Me pregunta si tengo experiencia. Es la única pregunta y soy tan tonta de contestar lealmente. A continuación me describe el puesto, que es una mierda, con un horario penoso y un sueldo aun peor. A falta de pan… muestro interés, sonrío y cruzo mis piernas, no para seducir a ese perejil, más bien para ventilar.

Consejo



Animate y deciles algo, aprovecha y largales un rollo que los deje ahí tirados, atónitos. Provocalos, dejalos consternados y llevalos al callejón de la carne, dramatiza exageradamente y dale detalles de la mujer descuartizada que encontraron en la basura. Emplea la lógica demoledora del delirio, confundilos. Creales algún serio conflicto cognitivo. Dejate de tonterías, lamentándote siempre por las mismas cosas. Hace años que vivís en el ridículo y no logras ver más allá ¿verdad? dónde está aquella frescura desgarrada, aquel bisturí de cuatro filos que tenías en la punta de la lengua aquella fluidez del lenguaje aquella catarata aquellas ganas infinitas de contar historias. Afílate los dientes deja de pensar en las musarañas, arrancate esa cara de idiota. Abrí los ojos vamos ahora es el momento tenes que decir algo.

Cuestion de piel





Quedamos los dos
en carne viva.
El duelo ya sin armas
era estaca en pedazos.

Una calma entreabierta
debatía las sombras
y la lluvia
(esa lluvia de primavera)
salpicaba zaguanes.

Sé que buscaste entonces
caricias entre líneas.
Que rozaste impaciente
el reloj del abismo
y un suspiro de luna
apartó los espejos.

Pero aún llueve
(pendular monótona viciosa)
con hebras de cristal.

Cercada por la noche
supe
porqué el gatillo
se suspendió irascible
entre tus manos sordas.
Acomodé las huellas
debajo del ciprés
e impaciente de ausencias
desacuné cansancios.

Pero llueve
como si el universo abriera
sus fauces sin colmillos
por tragarse el océano.

Se fraguan las cenizas
se erigen puentes turbios

y los ojos se añoran

y los dedos se escapan

y la lluvia no cede.

Plegaria de un soldado


Padre nuestro que está en los cielos envía un consuelo a la humanidad,
 que se encuentra cansada de guerra y quiere en la Tierra un poco de paz.
 Si tus hijos olvidaron el credo  de aquellas palabras ¨no debes matar¨
 recuérdales la blanca paloma que bañada en sangre  no puede volar.
 Te pedimos Señor, por el niño que duerme  en la cuna  su sueño de amor.
 Por la madre que aprieta los puños  mordiendo su llanto callando el dolor.
Por la esposa, la hermana, la novia... que esperan la carta que llegue  de allá
ocultando el horror de la guerra  mintiendo que pronto van a regresar
Y por ellos ¡oh Dios! por el joven valiente soldado que marcha hacia el frente con una misión,
pero cae regando con su sangre los paños benditos de su pabellón.

Entrega

Alli, donde cada gota que escurre por mi ventana,
semeja tus besos... ¡tan deseados!
Resbalando impacientes por mi cuello...
...corriendo ansiosos por mi cuerpo.
Allí, donde cada gota que resbala por mi ventana,
semeja también tus manos...

Absurda

Aturdida y enmudecida por los últimos sucesos, Zoe sentía que ya no quedaba nada de ella.
Su pasado, ahora parecía el sueño de otra persona, un recuerdo de otra vida... una vida que ya no recordaba.Ya no quedaba nada que pudiera salvarla de la locura.
Sus labios temblaron y esbozaron una sonrisa vacía.
Y de pronto, bajó la cabeza y se tapó la cara con sus manos, emitiendo gemidos que recordaban a un llanto de desesperación. Pero, no estaba llorando.
Al levantar la cabeza y ver su rostro completamente demacrado, y una sonrisa de puro regocijo, comprendí que no estaba llorando, sino que se estaba riendo.
Riendo, pues ya había descendido a su propio infierno, el único que ahora la acogería, y el único lugar al que podía llamar su hogar…

El cura

En un pueblo pequeño, se encontraba un rústico bar, el cual estaba ubicado a un lado de la carretera, donde muchos camioneros, mujeres y hombres del mal vivir, se reunían para beber, emborracharse, drogarse, era un antro al que ninguna persona decente jamás entraría.

El dueño de este lugar era un tipo, por supuesto, de igual calaña, un ex convicto que estuvo encarcelado por asesinato, y que tuvo el descaro de enamorar a una mujer, y robarle para tener dinero y crear este lugar, su nombre era Javier

Una noche, cuando el bar estaba lleno de toda clase de basura humana, haciendo lo que mejor saben hacer, Javier atendía el bar, se sintió un cambio en el ambiente, algo muy extraño, difícil de explicar para todos

Aquel día


Aquel día, mi sueño de Susanita se hacía realidad, del brazo de mi amado abuelo, a paso lento, y con más de cien miradas emocionadas dirigidas hacia los dos, empezaba a ocurrir el momento que guardo como el más preciado tesoro en mi memoria.
No logre contener las lágrimas, el me esperaba, elegante, ansioso, tan lindo…
Mi abuelo dándome un beso me entrego a quien en breves momentos se convertiría en mi esposo.
“Dios, estas guapísima “me susurro, sonreí.
Déjame que te desnude con mis palabras que daño no te harán
Déjame hoy salir de la pantalla de tu monitor
Te prometo caricias incandescentes
Quiero abrasarme contigo
Las estrellas celestes
Giran para nosotros sin sentido
Deja que te desnude lentamente
Deja que me aprenda cada milímetro de tu cuerpo
No me cansare de besarte
Quiero poseerte
Y yo siento que te quiero

Cosas que pasan



El hombre de la esquina lloraba siempre que recordaba su muerte. Hablaba de ella como si se tratara de un difunto cercano, alguien a quien añoraba y al que le ofrecía siempre el último brindis del año. Todos nos acostumbramos a sus lágrimas de duelo cuando utilizaba esos instantes de prórroga para calumniar al vivo que había sido. Y tanto se lloró en vida que se fue muerto de la risa al otro mundo. 
Ella estaba ahí, paciente, expectante…Le desató la cordura. Se acomodó en su mente con intención de no marcharse en una larga temporada. La sedujo hasta el extremo de un éxtasis oscuro. Embriagó sus pensamientos. Por selección natural, empezó a engendrarse una obsesión. El polo negativo de todo comenzó a ser atraído por su imán mental. Un calambre eléctrico activó el mecanismo que no dejaba de dar vueltas en su cabeza. La simple idea de imaginarlo le desató la cordura.
Ese día de verano, mientras intentaba tomar su almuerzo en su casa de campo, las decenas de moscas, que habían en el ambiente, revoloteaban a su alrededor e intentaban posarse sobre su comida sin dejarlo almorzar en paz.
- ¡Belcebú! - gritó el joven, obstinado, mientras espantaba las moscas de su comida con una mano - ¡Controla a tus súbditos y ordénales que me dejen comer en paz!
Al instante, todas las moscas desaparecieron y el joven, sorprendido, terminó de comer tranquilamente; pero esa tarde, mientras tomaba la siesta bajo un gran árbol,  el joven tuvo un sueño muy extraño en el que millones de moscas lo atacaban y se lo llevaban volando a una oscura caverna, donde una grotesca mosca gigantesca lo estaba esperando para comérselo.

Al despertar, sudoroso y aterrado, el joven corrió a su vehículo, se montó y pasó toda la noche manejando de regreso a la ciudad, haciendo pequeñas paradas en todas las iglesias que encontraba en el camino para rezar un poco y jurar que más nunca volvería a jugar con demonios.
Se quedó con tantas ganas
El sol lo vino a buscar
Y lo saco despacito
La luna besaba el mar.
Se posó una mariposa
Como queriendo hablar
Tengo que volar tan lejos
No sé si poder llegar.
Que tiene la noche mía
Tiene garras echas  caricias
Un silencio que me abraza
Con encanto, es poesía.
Palabras mezcladas ríen
Y sueñan jugar conmigo.
Desborda el rio sus aguas
Yo despierta y siento frio.
La gente toda dormía
Era muy de madrugada
Una mano con el mate
La otra con mi esperanza
Se quedó con tantas ganas
No quiero sentirme mal
Mejor termino mi verso

Debe estar por aclarar.

Instituto del tratamiento de las enfermedades nerviosas - 1° Parte


Insano_ sensato



Gerardo tiene 54 años, desde los 18 años  ha  pasado por clínicas psiquiátricas.
Hizo cuatro años superiores en una escuela técnica, y una mañana caminando por  los pasillos de aquel lugar, comenzó a mirar el techo, ya no volvió más, sus despertares son momentáneos.
De pequeño su padre y hermanos, él es el hermano mayor, lo incentivaban a ir al cine a salir, el solo leía,  y ante la insistencia familiar, iba al cine, En una de nuestras charlas llego a decirme “la guerra de las galaxias era donde todo se rompía, feo, feo “, esbozando  una sonrisa bobalicona.
Tengo  que confesar que Gerardo es una de mis debilidades, escondiendo sus ojos entreabiertos con la palma de sus manos se pasea por el corredor del patio del manicomio, sus pasos largos y correctos, como marcando distancia, al llegar al final gira en un pie y retorna con sus pasos largos.
Padece una esquizofrenia desorganizada,  mantener una charla con él es desesperante e interesante, salta de un tema a otro, señalando puntos en la palma de su mano izquierda nombra todos los huesos del cuerpo humano, me mira, sonríe, y  con el mismo ímpetu nombra uno a uno los presidentes Argentinos.
Hace 25 años está aquí dentro…
Gerardo… ¿que puedo regalarte para tu cumpleaños?
“Un libro grande sobre las edades del hombre, edad de piedra periodo paleolítico periodo mesolítico, periodo neolítico”
Y así va nombrando con su dedo índice apuntando león la palma de su mano los distintos puntos.
Gerardo… ¿Queres que pida permiso y salgamos a pasear?
Se tapa los ojos con sus manos y dice
“Disculpe Laura, tengo que seguir con mis cosas, déjeme solo “
Se sienta mirando la pared, su índice izquierdo señala puntos rápidamente en la palma de la mano derecha, no logro escuchar lo que susurra, números quizás, me aparto.
A Marta se le salió el pañal, Marcelo grita desesperado, como hormigas algunos corren, está la enfermera repartiendo cigarrillos, otros toman mate al sol, esquizofrénicos, depresivos… muchos abandonados aquí, ni siquiera reciben visitas.
Vuelvo a mirar a Gerardo, sigue mirando su mano, de cara a la pared.

Cierro la puerta. Ojala mañana comparta conmigo su breve despertar.

Mi amor

No quiero que llegue otro día, interminable y fastidioso.
No quiero que pase esta noche;
aunque sea sólo pensándote, reposo.
No quiero dejar de soñarte,
porque al despertar, veré que no estás.
No quiero sólo tus palabras.
Quiero todo lo que eres y me darás.
No quiero dormir a solas, sino saciar el ardor de mi pecho.
Quiero que llegues ahora y me ames como nadie lo ha hecho.
No quiero respirar mi propio aire, y no sentir tu olor.
Quiero tu aliento en mi boca, y que impregnes mi cuerpo con tu sudor.
Y en esta habitación, nuestra fragancia sea la que invite al amor.
No quiero que pase esta noche, porque mañana tampoco estarás.

Quiero sentirte y saber que tu muerte no es real

Conjuro tácito

Siempre estás ahí, han sido tantas las noches las que nos hemos conectado desde cada una de nuestras respectivas habitaciones, separados por cientos de kilómetros y unidos por la única ventana de nuestro Pc, que nos ha abierto un mundo desconocido y prodigioso a la vez. Vos guarecido en tu casa emitiendo un intenso calor y yo, receptora de tus ardientes caricias virtuales, desde la mía.
Ninguno de los habíamos protagonizado antes una pasión tan desenfrenada de un encuentro en vivo… y en cambio nosotros hemos hecho de cada uno de nuestras conversaciones fogosas, la mayor de las pasiones… las mejores aventuras soñadas.
Con vos, todo ha sido tan fácil, tan intenso y tan adorable, como cada una de tus caricias, que me mostrabas con tus dedos a través de tu teclado y que yo reconvertía con mis propios dedos… como si estos fueran los tuyos sobre mi piel.
Nunca antes me he sentido tan excitada, tan nerviosa, tan caliente por unas palabras descritas con esa fuerza y esa sensibilidad que desbordabas en cada una de tus conversaciones que me dejaban extasiada sobre la cama en cada noche.
Mi ventana siempre te esperaba anhelante y tú siempre la abrías descubriéndome un nuevo punto que era algo parecido a un resorte de excitación, cuando mis piernas temblaban, cuando mis labios se dilataban, cuando mis pezones se endurecían.
Todo lo que mi cuerpo quería revelar tan cargado desde dentro, se expresaba con sumo descaro cuando vos llegabas cada madrugada… en aquellos mensajes exclusivos, eróticos y tan penetrantes. A veces no me creía ver a mi misma.
Nuestros cuerpos hervían, cegados por nuestra unión virtual, para hacerla casi, casi tan real, como si estuviéramos literalmente tocándonos, lamiéndonos, atrayéndonos… tal y como lo describíamos en nuestros mensajes calientes.
Han sido muchas las sesiones de sexo desenfrenado, hasta llegar a un orgasmo ocultado, desde nuestra atalaya encubierta, para no ser escuchados y desbordar nuestras sensaciones con teclas que eran devueltas con más ardor desde el otro lado de la línea.
El morbo era máximo en cada velada,  de no conocernos en absoluto y al tiempo saber sin lógica alguna cada una de nuestras debilidades, todos y cada uno de nuestros puntos débiles. Y ese juego, nos hacía libres… vivos y especiales.
Cuántas madrugadas en vela, invisibles para los demás, silenciosos para no ser oídos, creyéndonos únicos en el mundo, imaginando como eras vos y sospechando  al tiempo como era yo para vos… formando parte el uno del otro, no solo en un encuentro carnal.

Aquel que dormía a mi lado eras vos, aunque no lo fueras realmente y aquella que cada noche abrazabas en tu cama, también era yo… en tus pensamientos, la que te devolvía siempre la misma energía y la misma exaltación que vos me entregabas.
Cada momento ha sido incrementado por más y más aventuras, que no cesaban, sino que progresaban. Me has hecho sentir muy mujer, mucho más deseada y completamente prodigada a una efusión complaciente que nos ha hecho, además… ¡tan felices!
Hemos navegado por mares tempestuosos, lugares a los que nunca partiríamos en otras circunstancias, pero nuestro secreto, nos ha permitido aventurarnos, entregarnos, soltarnos sin poner reglas, sin calcular, ni medir ninguno de nuestros perturbados actos.
Te he pertenecido de lleno en cada encuentro, y sé que vos también a mí… con esa misma fuerza y esa misma entrega, la que nos ha dejado tan buenos recuerdos y un siempre adorable sabor de boca.

No sé cuántas veces tratamos de preparar nuestro encuentro real, ese que nos acercaría para siempre, el que nos permitiría, además de leernos, además de imaginarnos… de sentirnos, también para cruzar nuestras miradas de una vez por todas.
Me fui dispuesta a la cita, sí… pero antes de cruzar la puerta de aquel café, las dudas me invadieron, todos los miedos me acecharon, aterrada de ver que nuestros sueños pudieran desmoronarse como un castillo de naipes, que de una vez por todas se alejaran nuestros sueños anhelados, todas esas dulces sensaciones.
Estoy segura que al vernos, habríamos descubierto otras impresiones, otras muchas atracciones mutuas, sin embargo, he sido cobarde, me he dejado emocionar por mis propios impulsos y me he quedado paralizada… totalmente desconcertada y no he podido traspasar la puerta.

No quiero que sufras por esto, ni interpretes en mis palabras la duda, la confusión, la desilusión de ese encuentro soñado por ambos, pero creo, que mis visiones sobre vos quieren seguir estando en esa ventana que nos ha unido todas y cada una de estas noches mágicas… eternamente.

Pasaje

Sumergida
En la profundidad del mar
Intento llegar a la superficie
Mas no tengo fuerza suficiente
Puedo ver el reflejo del sol
Muevo mis brazos y pies
Intentando subir
No logro llegar,
Miro a un lado y otro
Buscando nada en la profundidad, solo mar
Y mis cabellos parecen sedosos
y mi cabeza siente parece explotar
y una burbuja sale de mi  boca
y sube a gran velocidad
Ya sin fuerzas, me resigno

quizás este sea mi lugar

Lunática


Hacía ya dos años me había dado la llave de su casa, ella siempre sentía que se iba a morir, que palpitaciones, taquicardias, mareos, que un avión caería sobre ella y todas las tonterías que se le ocurrían a su mente hipocondríaca. Le daba miedo imaginar que un día podía caer en la ducha o por las escaleras, y que los vecinos notarían su ausencia y encontrarían su cadáver, cuando ya estuviera en avanzado estado de descomposición.

Algo totalmente estúpido cuando toda su vida se rodeó de gente que revolotea a su alrededor como lo hacen las moscas sobre la mierda.

Ya caía la noche, entre y la encontré sentada mirando esa telenovela mexicana, toda su vida mirando esos culebrones, ¡donde las viejas pintadas como puertas viven cien años , no se mueren caídas en la ducha!

_ ¡Aquí llego María de las Mercedes madre!

Tiro el mando de la tele al diablo y de un salto se tomó el pecho.

_ ¡pero que susto me has dado hija!

Me dirigí al baño, un baño que me conocía quizás mejor que yo. La mirada que me devolvía mi reflejo me erizo la espalda. Cuando se ha acumulado tanto rencor por tanto tiempo, el mismo aire se convierte en un barro espeso que vuelve dolorosa la propia respiración.

Volví a donde estaba y seguía concentrada con la novela, sin siquiera mover mis labios me hizo un ademan para que me calle.

Fui a la cocina, ella jamás cenaba, un trozo de queso en una tabla de madera era lo único que encontré como alimento.

No le di tiempo de nada, tomé la tabla y empecé a golpear con fuerza su cabeza hasta escuchar los huesos de su cráneo quebrar

¡Vos tenes la culpa! ¡Vos mataste a mi perro! ¡Asesina!

Ella aún sorprendida, me dirige una mirada de compasión maternal y tristeza, mientras su estampado sofá se llena de sangre.

Con un hilo de voz susurra

_ Pero hija estás loca…

_ ¡Estamos mama, estamos!

Vomitiva neutralidad




En estos días me han tocado sortear entre las tormentas de mis océanos internos. De un sin avisar me llegaron oportunidades. Y eso de tener que tomar decisiones así en dos minutos es no solo difícil, sino hasta doloroso. Te dueles y te apenas por ser una pobre diabla que no sabe decidir lo que será de su futuro próximo o lejano.

Como consuelo (como hace toda idiota), me imagino que a todos nos sucede así cuando nos llegan de golpe tantas cosas, buenas, malas y las peores.

Lunes…no, ¿era miércoles?, no, seguro fue el martes, venía de regreso del trabajo como cada tarde, con el calor inmundo que ha hecho estas tardes empapando mi falda que se pegaba a mi culo inevitablemente. El paisaje urbano que poco a poco se va convirtiendo en rural me venía prodigando un poco de calma a especie de caricia muy necesitada. Ver grandes llanos verdes y uno que otro animalillo pastando, me devolvía al mundo donde habitan todos los demás.

Por eso decidí mudarme hasta acá, aunque mi camino al trabajo se haya alargado, no importa, mis tardes, de hecho mis días siguen antojándoseme tan largos que ¿Qué más da?

El casi inservible autobús en que venía se detuvo como lo hace mil veces a lo largo del camino para subir o bajar gente, cuando mi mirada perdida se posó sobre un pobre muchacho. Era muy joven, quizá unos veintitantos o treinta años, tirado en el suelo incómodamente, la mitad sobre la acera y la otra abajo. En los escasos segundos que duró la parada del autobús en aquella esquina, pude notar que el chico sufría un ataque

No estaba mal vestido ni sucio, tenía el cabello recién cortado, seguramente se había afeitado por la mañana. Junto a él se encontraba una mochila de lona color negra con vivos en rojo.

Sus jeans mostraban una fresca mancha de orina. Y el pobre joven sufría leves convulsiones mientras sus ojos se perdían hacia atrás.

Las personas pasaban a su lado sin siquiera mirarlo, seguro pensaban que se trataba de un inmundo borrachín que en lugar de estar trabajando para alimentar a sus hijos, se había ido a la pulquería del lugar a hincharse hasta caer sobre la acera tan indecorosamente.

No pude creer que nadie se acercara a prestarle auxilio, que nadie pudiese notar la diferencia entre un chico de clase trabajadora y un borracho mal oliente.

Si no fuese yo quien notó lo evidente, si yo fuese otra.

Hubiese parado el autobús para brincar y ayudar al joven, pero para su mala suerte, la única observadora abordo es una cobarde, que no tiene ni puta idea de que hacer con su propia vida.

No hay manera alguna de escapar al destino



Sofía necesitaba escapar de amores tóxicos, de mentiras, de manipulaciones, de engaños, de tanta dependencia, de los hombres equivocados. Necesitaba vivir por ella misma, quererse, gustarse, no necesitar. Por eso decidió pasar unos días a otra ciudad. Un lugar para perderse entre caras desconocidas, calles estrechas, que le devolvieran las ganas de hacer cosas, de interesarse por otras cosas.

Lucas estaba agotado, vacío de amores intrascendentes, de historias sin finales felices ni tristes, de historias de amor que ni siquiera empezaban. El miedo a amar, la imposibilidad de entregarse a una persona era su obstáculo para sentir esa ansiedad del amor que te mantiene vivo. Por eso decidió pasar unos días en otro lugar. Un lugar para perderse entre en sus pensamientos en donde dejar enterrados sus miedos y empezar una nueva vida.

Y entonces ambos se encontraron para vivir una historia de amor tan breve que nadie se dio cuenta. Sofía estaba sentada, con los pies descalzos, contemplando ese atardecer precioso que se manifestaba mientras sus pies rozaban aquel césped, pensando, con la mirada perdida en no se sabe qué recuerdos.

Lo que él vio mientras se acercaba fue a la mujer más maravillosa esparciendo melancolía. Solo atino a sonreír... Tardó un instante en volver con la misma sonrisa de antes y se sentó a su lado, Ella desvió la mirada porque sus sentidos le dieron la voz de alarma cuando él la rozó. Y así juntaron sus miradas y luego sus bocas en un beso que los transporto por dentro.

Un beso entre dos desconocidos que se necesitaban urgentemente. Ninguno de los dos quería separar sus labios del otro, sintiendo cómo los temores desaparecían, cómo las inseguridades se convertían en confianza, disfrutando del placer sin obstáculos. Y así estuvieron una eternidad. Una eternidad que duró el tiempo que dura un beso.
Nos dijimos adiós.
La tarde estaba
llorando nuestra despedida.
Nos dijimos adiós tan simplemente
que pasó nuestra pena inadvertida.



No hubo angustia en tus ojos
ni en mis ojos.
No hubo un gesto en tu boca
ni en la mía.
Y, no obstante, en el cruce de las manos
calladamente te dejé la vida.



Fuiste valiente con tu indiferencia
y fui valiente con mi hipocresía,
nos separamos como dos extraños
cuando toda la sangre nos unía.

El método


No se podía sostener en pie, pero sacaba una fuerza titánica para lograr su objetivo: salir de esa jaula que lo había tenido prisionero durante tanto tiempo.
¿Cuánto llevaba allí?, tampoco recordaba con exactitud la cara de las personas que llegaron con él, entre diez  hombres y mujeres jóvenes con los que fue encerrado durante dos días y dos noches. Cuando al tercero los confinaron en diferentes habitáculos oscuramente acristalados, comenzó el suplicio. Los primeros días podía escuchar los alaridos de dolor de una mujer que debía estar situada en la celda contigua, eran desgarradores, seguidos de suplicas, susurros y todo desaparecía.
Creo que solo quedábamos pocos, y hombres, aun en esta agonía reconocería el sollozo de una mujer, aunque nos volvimos tan vulnerables…
Entraban en las jaulas de maneras distintas, unas veces con instrumentos químicos de tortura, capaces de provocar un sufrimiento extremo sin dejar señal física. Otras, en cambio, nos propinaban una brutal paliza con los puños desnudos, o se entretenían hurgando en nuestras zonas más sensibles con diferentes objetos cortantes y punzantes. A hombres y mujeres, daba iguale, éramos  ultrajados por personas y objetos de diferente sexo y naturaleza, con violencia inusitada en la mayoría de las ocasiones.
Las drogas que nos suministraban hacían que los tiempos entre cada sesión parecieran hacerse eternos, intentaba contabilizar los segundos para no pensar, poner la mente en blanco para huir de las alucinaciones, pero el mínimo crujido me provocaba otra taquicardia, el terror se apoderaba de mi mente y solo sus lamentos y súplicas podían aplacar mi propio miedo.
Confusos dos días de absoluto silencio, solo mi respiración escuchaba.
La última vez que se abrió la puerta, nadie entró. Me acerco tembloroso hasta el final del pasillo y abrió una segunda puerta, una potente luz azulada cegó mis ojos al tiempo que, entre gritos y aplausos, escucho aquella voz femenina dirigirse a mí por megafonía:
Game  over. Congratulations


Quimera


Fractura cualquier dimensión
Has de nuestro amor
lo más universal y dual
Que Dios nos destierre,
Siempre penétrame
para ser eternamente tuya.
En la turbación
entra un juego secreto
en los pensamientos
tu cuerpo fundido al mío
Cópula de mi imaginación.
Has encendido el deseo maldito
que mi cuerpo empieza
a temblar,
Puedo verme en tus ojos
sentir la respiración
llamando a tu sexo
La niebla se esparce
Tu silueta aparece,
La lujuria se engendra
entre mis muslos mojados

Quejido, mi gemido atenuante
en la excitación y al borde
El orgasmo llama la eyaculación.
Tinto veneno
de nuestra pasión
bebiendo de ella en cada sesión,
La fotografía es aún más orgásmica
Limita la censura, cubre la fantasía
que la seducción más abstracta
jamás ha sido fingida
El castigo expandido
por la yema de tus dedos
Conságrame con el pecado
más exhausto y venidero
de la ruptura de tus besos.
Condiciona mi locura
Que el milagro de tenerte
no solo sea un sueño más,
Que al amanecer sean tus brazos
la ropa que me cubra.
Que dormir en tu pecho
sea la caricia más profunda
Imploro tu sudor se interne
por los poros de mi piel
Tu dosis es un misterio
Soy adicta del sexo
que has abierto para mí
entrega divina sensibilidad
y despójame de todo el pudor
Perviérteme sin compasión
Viérteme hasta el fondo
Muerde mi corazón
Hazme agonizar en ti
hasta que la luz se pierda
en una convulsión sin fin.

Piel de porcelana


Sara y su madre paseaban cuando la niña vio en una casa de antigüedades una muñeca de porcelana que le hipnotizo, era diferente a las demás, le faltaba un brazo, pero tenía un vestido hermoso y su cara de porcelana y sus oscuros ojos hicieron que la niña suplicara por esa muñeca.

Sara tenía sólo siete años y medio, pero ella podía tener todo lo que le gustaba gracias a su mirada de pena que les ponía a sus padres. Esa misma noche, la pequeña tuvo dificultades para dormirse ya que sólo pensaba en su futura nueva muñeca. Incluso si tenía un brazo menos, era la muñeca de porcelana más bonita que había visto nunca. Ella tenía muchas, pero esa iba a ser la más bonita de su colección.

A la mañana siguiente, Sara desayunó viendo sus dibujos favoritos, como cada mañana. Había soñado tanto con su muñeca que tenía sueño, estaba cansada y ya no quería esa muñeca. Ya no le gustaba. Así que pasó el día jugando con otras cosas y no le recordó a su madre que tenían que ir a por la muñeca, porque ya no la deseaba.

Llegó la noche y Sara fue a acostarse al piso de arriba. Ella tenía miedo de estar arriba sola, así que su madre subía con ella y se ponía en la habitación de al lado a coser. Una media hora más tarde de haberse acostado, una voz aguda despertó a la niña susurrándole al oído: "Subo 1, 2, 3 escalones..." La pequeña Sara gritó asustada llamando a su madre: "Mamá, hay alguien en la escalera que hace ruido" Su madre la tranquilizó diciendo que no había nada en absoluto. En cuanto la madre abandonó la habitación, Sara volvió a oír ese susurro que le dijo "Subo 4, 5, 6 escalones..." De nuevo Sara llamó a su madre. Su madre le volvió a contestar que se tranquilizara, que sería el ruido del frigorífico.

Pero la pequeña voz continuó subiendo las escaleras: "Subo 7, 8, 9, 10 escalones y ya estoy en el pasillo", repitió la pequeña voz con una risa sarcástica.

A la mañana siguiente, la madre de Sara se sorprendió de despertarse antes de ella. Pero pensó en las dificultades que había tenido para dormirse y pensó que estaría cansada. Pero transcurrida una hora le pareció raro que aún no se hubiera despertado, por lo que subió a ver cómo estaba su hija. La madre gritó con terror viendo a su hija ahogada en su propia sangre y apuñalada más de 17 veces, con el brazo arrancado y viendo a esa pequeña y adorable muñeca de la tienda de antigüedades con el brazo de su hija como sustituto del suyo.

Elevación


Él era erótico, sugestivo, me llevaba a los límites de mi imaginación, provocándome y tentándome entre caricias y besos furtivos presos de una tentación desmedida.

Mi Joss, como solía decirle, me cegaba los ojos entre luces apagadas con el simple roce de su piel, a veces ni me dejaba tocarlo o sentirlo, sólo bastaba con oír su respiración para explotar en una llamarada de deseos sin límite.

Una noche me pidió que lo esperara en el cuarto, que por esa noche dejara que el hiciera lo que quisiera conmigo, pidió que me acueste y que no me mueva si él no me lo pedía y que deje libre mis sentidos con los ojos cerrados hasta llegar al tacto sin que él me lo ordenara

Debo decir que no fueron más de dos minutos los que me dejo esperando, pero parecían horas al no saber lo que vendría en la oscuridad de la habitación.

Comenzó por mis piernas, rozando suavemente mi piel con sus manos, lentamente, marcando su territorio que exploraba para aumentar la dosis de excitación. Él era fuego.

Apretó mis pechos subiendo con su cuerpo lentamente dejando rastro de caricias y su exquisito olor en mi piel, era desorbitante, placentero, sutil, y fuerte.

Me apretaba besando cada espacio de mi cuerpo poco a poco, el tiempo se detenía ante su recorrido, mordía con placer mis tetas mientras agarraba mis manos y las colocaba por encima de mí cabeza para atenuar las dulces caricias en mis brazos para rozar mis costillas con sus labios, para ese momento ya se encontraba encima de mí pero sin dejarse palpar siquiera.

Susurraba a mi oído palabras morbosas, alegándome que le pertenecía, que jamás olvidaría que más que tenerme en ese momento como quería era de él. Él era fuego.

Besaba mi rostro, mis ojos, mi nariz y mis labios sin ningún reparo en estar apresurado, a fuego lento tomaba mis manos y las guiaba a su cuerpo dejándome tocar sólo lo que él deseaba en el momento que él así lo quería, me permitía tomar su espalda, me decía que dejara mis manos abiertas y que no apretara a menos que el así lo ordenara.

Beso mi cuello, haciendo pequeñas succiones en él, marcando territorio, lentamente, tomaba mis manos y las volvía a colocar sobre mi cabeza, besando mis brazos y acariciando mi pecho, luego mi abdomen, mi ombligo y sus manos agarraron el poder suficiente para bajar poco a poco mi ropa interior, dejando al descubierto mi matriz, me encontraba desesperada pero disfrutaba los atributos de sus caricias, más adelante, me quito la única prenda que me protegía de estar totalmente a su merced.

Siguió besándome por alrededor provocándome hasta que baje mis manos para guiar su boca a mi vagina, pero me dijo que no lo tocará, que el sabría que hacer y qué lo único que yo debía hacer era disfrutar. Súbitamente giro encima de mí en un espectacular 69 dejándome sentir el delicioso olor de su sexo cerca de mi rostro, estaba húmeda y muy caliente. Él era fuego.

Comencé a lamer entre ligeros espacios de tiempo alrededor de la cabeza de su mástil,

Pase mi lengua, una, dos y una tercera vez por su glande, empecé a disfrutar de su sabor dejando volar mi mente imaginando lo que vendría. Él era fuego

Mis labios no pudieron continuar la faena puesto que me tenía atónita con todo lo que me hizo, así que la masturbé con mi mano, dejando una vibración constante hasta que lo sentí casi detonar pego más su sexo a mis labios, lo hice gemir y sentí como se descargó en mí, llenando toda mi boca de sus divinos jugos.

Desvaído y bañado en sudor, cayó a plomo. Él era fuego

Pasaron segundos para que se hundiera en mi cuello y yo apretara su cuerpo al mío.

Él era fuego, y se estaba quemando en mis brazos.



Nota: A veces la eternidad dura sólo unos instantes, conviene hacer que valga la pena cada uno de ellos.

Amo bailar, desde niña
Mis movimientos de caderas y mi sonrisa animaban cualquier fiesta
Aplausos y risas incentivo absoluto  a seguir bailando.
Ahora, quizás, no signifique nada
Ante la inmensidad del cielo azul
Y más allá, aunque no vislumbro formas en el espacio
Y me siento inútil, como sin destino;
Igual que un pergamino olvidado
En algún altar de un ritual catorceno.
 Y fuera de una sociedad exánime,
Como aquel que llora la muerte sin conocerla
Y todos siguen el llanto del vivo
Por el que está ausente
Muerdo cada halito de tristeza, por el muerto que vive y no existe,
Por el hombre que inmerso en la putrefacta sociedad
Aun sonríe y baila
Y me pregunto: ¿Por qué cambiar?
Si a las idiotas nos encanta este mundo
Hay una muerta enfrentada con esta carne viva
que piensa y que se estruja, que se cae a pedazos.
Una muerta que divide mi ser en dos mitades
y me dice al oído que más allá no hay nada.
Y baila y llora y baila, baila…


Conciliábulo


Vivo hace tiempo en Londres, adoro esta ciudad.

Un día como de costumbre, estaba con un paciente en mi consulta, era el último, ya era tarde y realmente me sentía agotada. Cuando se fue, mi secretaria entro, me encontró sentada delante de mi mesa con los codos apoyados y las manos en la cabeza.

_ ya vete Kay, es tarde, yo me quedare acomodando papeles pero no tardare en retirarme, nos vemos mañana, ve con cuidado

Mi secretaria siempre tenía razón.

Medio dormida cogí mi abrigo y cerré la puerta. Al salir a la calle, el frío nocturno recorrió mis huesos y me hizo temblar todo el cuerpo. La niebla todavía no era densa y la visión era buena. Aunque Londres era la ciudad con más habitantes del mundo, en el barrio parecía que habían desaparecidos todos, no había ni un alma. Mi pequeña vivienda estaba a seis calles.

El barrio, era un gigantesco laberinto de callejuelas, en cuyas fachadas de las casas se veía la miserable pobreza que sufrían. Caminado…………… pensando en mi vida, junto al frió alojado en mi cuerpo intente solucionar mi situación. Al girar una calle, me pare bruscamente, al observar una figura humana con una capa con gorro, que estaba de espaldas a mí. Mi corazón se asustó y mis temblores ya no eran del frió si no de miedo. La sombra era semitransparente y se deslizaba sigilosamente sin tocar el suelo. Asustada me apoyo en la pared de la esquina para que no me viera. Pero la figura se paró…..su cara giro hacia atrás, se quedó unos segundo sin moverse, levanto su mano izquierda, he hizo una señal para que le siguiera. No me pudo mover aunque quisiera, mis piernas se bloquearon y no tenía señal desde mi cerebro. La sombra continuo su aterrador camino, hacia algún destino tenebroso. Estuve un rato en la misma posición, hasta que mi cuerpo se despertó del bloqueo. Asustada y observando a mi alrededor llegué a mi casa. La noche fue larga, durmiendo por momentos y acompañadas de pesadillas. El día amaneció triste y oscuro. Como casi todos los días. Hoy sería un día diferente a los otros. Llegué tarde, mi secretaria ya había abierto la consulta.

.-Ya tenemos más de cinco pacientes esperando en la sala

El día transcurrió normal. El último paciente del día salió por la puerta.-te tendrías que tomar vacaciones y descansar unos días.

-Quizás tengas razón, estoy agotada y no dejo de pensar en mi vida. Un día de estos pondré un cartel en la puerta, que ponga cerrado por vacaciones en busca de mi vida, riendo comente, nos reímos las dos. Estuve esperando en la silla, hasta la misma hora de la que salí ayer.

Tenía curiosidad por verla otra vez. Aunque mis sentimientos, eran de temor hacia algo desconocido. Mi personalidad y mi carácter que tengo me hacían ser valiente.

Hasta esa noche.

Salí por la puerta a la misma hora, e hice el mismo recorrido. Cuando llegué a la esquina, asome la cabeza, pero no había nadie, espere unos minutos. Seguía sin aparecer nadie. Me dispuse a dar el primer paso para irme. Pero de la esquina de la calle surgió la figura, se quedó allí quieta y mirándome. Mi corazón se aceleró. La figura me hizo una señal para que fuera……..No dude y me dispuse a seguirla. La sombra había girado la calle. Avive el paso, y legué a la esquina. Era una callejuela sin salida y no había nadie, me adentre en la calle. Me pare. Y note una presencia detrás de mí. Me gire. Allí estaba. Su cara semitransparente era la de un hombre, sonreía. Me sobrecogí al mismo tiempo que mi cuerpo empezó a temblar. Estuvimos un rato mirándonos. De mi boca salió unas palabras desgarradas por el miedo.- ¿Que quiere de mí? No hubo contestación, su sonrisa era mayor. Velozmente y con un chillido agudo, se introdujo en mi cuerpo. Caí al suelo, me entraron convulsiones mientras gritaba y pataleaba en el adoquinado. Sentí un escalofrió terrorífico por mi cuerpo, mi mente se quedó en negro, sentí como la muerte circulaba por todas mis venas, dejándolas vacías de vida, alcanzando hasta lo más profundo de mi alma. Paso velozmente una luz cegadora dentro de mí. Mi respiración jadeante se entrecortaba con mis gritos de angustia, sin sentir ningún dolor. Finalmente salió de mi cuerpo con un chillido aún más atroz. Me quede inerte en el suelo, con los ojos en blanco. Me sentía vacía y al mismo tiempo viva. La figura me miro, su cara reflejaba felicidad. Alzo la mano y me saludo. Lo veía borroso. Estaba agotada. Me dijo adiós con la mano, y se deslizo entre la oscuridad de la noche. Tambaleándome me incorpore, me sentía extraña, como si se hubiera llevado algo del interior de mi cuerpo. Enseguida me repuse, me encontraba vigorosa. Me dirigí hacia mi casa, preguntándome, que es lo que me había sucedido, tenía miedo de mi misma. Llegue a casa, me encontraba muy nerviosa y mi cuerpo no paraba de temblar. Intente dormir, y tuve pesadillas horribles…………Por la mañana estaba eufórica, contenta y feliz. Me fui a trabajar. En la puerta estaba mi secretaria…

_Hola Kay, te encuentro radiante, que es lo te paso anoche, para llegar de esta manera

No tenía respuesta a ello, me sentía bien, pero por las noches tenia pesadillas. Mi entusiasmo y felicidad iba decayendo, hasta encontrarme cansada, sin ganas de hacer nada, mi personalidad cambio por completo, mi vida se iba apagando poco a poco.

Una noche inconscientemente, me vestí, cogí un cuchillo de la cocina y salí a deambular por las oscuras calles, sin ningún destino y sin saber que es lo que andaba buscando. Sentía una necesidad inexplicable dentro de mi cuerpo, que pronto descubriría. Vi un hombre de avanzada edad, que se dirigía hacia mí, mi corazón empezó a latir fuertemente, mi mente se quedó en blanco y seguía órdenes de algo sobrenatural. Me acerque a él, le di las buenas noches, el hombre desconfiado y perplejo, me saludo. Al mismo tiempo que saque el cuchillo de mi bolsillo, le agarre la cabeza con la mano izquierda y le desgarre la garganta, sentí la carne como deslizaba en el filo del cuchillo. Empezó a brotar sangre, se puso las manos en la garganta intentando impedir que la sangre saliera de su vida. Agonizando e intentando de gritar, sin conseguir que de su garganta rota saliera ni si quiera un grito desolador. Actué rápido y me introduje en su cuerpo en busca de una luz que se extinguiría en pocos segundos. La vi y la absorbí, Salí de su cuerpo, y es cuando el agonizante hombre dejo de vivir. Llegue a mi casa, me sentía mucho mejor, pero al mismo tiempo mi preocupación era horrible. Llegue a la conclusión de que para poder vivir tenía que matar, y desposeer sus almas. Estuve meses en esta situación tan horrible. Mataba solo cuando necesitaba vida. Deje el trabajo y mi vida era insoportable. Una noche pensé en la figura, que sería ella la quien me pudiera ayudar, mi mente intentaba comunicarse con ella, para poder verla. Esa noche salí al acecho de una nueva víctima, porque me falta vida. Pero para mi sorpresa me encontré con la figura. Nos miramos y le dije:-no quiero vivir así, no quiero seguir matando.

Se me quedo mirando, con una sonrisa irónica y diabólica a la vez, que me hizo estremecer de terror.

-No puedes cambiar el destino. Me dijo con una voz increíblemente serena y prosiguió

-Tú matas a las personas que tienen que morir. porque es su destino, eres tu quien las eliges, para tu poder seguir viviendo.

-¡nooooooo! no quiero continuar con esto, que debo hacer para dejar de matar.

-nada, no puedes hacer nada.

Su risa diabólica entre por mis oídos, como si la muerte llegara para llevarme con ella.

-tienes dos elecciones, primera es matarte, a si quedas libre, y tu alma me pertenecerá. Y la segunda es entrar dentro de mí, buscar tu alma. Cuando la poseas, saldrás y tu vida será insoportable, sin que tengas que matar. Elige la mejor opción, porque el destino ya lo tienes escrito. Y no podrás cambiarlo.

Me dejo desconcertada, pero no dude en introducirme en su cuerpo en busca de mi alma. Habían cientos de almas, vi una que brillaba con más intensidad y la absorbí, pero no sucedía nada…espere…Me encontraba atrapada dentro de su cuerpo. Como me podía haber fiado de un diablo de almas perdidas. Mientras la figura se deslizaba por la tenebrosa oscuridad y su sonrisa triunfal se oía a muerte, yo desvanecía en su interior convirtiéndome en una luz más. Y se reía…se reía… de mí.