Plegaria de un soldado


Padre nuestro que está en los cielos envía un consuelo a la humanidad,
 que se encuentra cansada de guerra y quiere en la Tierra un poco de paz.
 Si tus hijos olvidaron el credo  de aquellas palabras ¨no debes matar¨
 recuérdales la blanca paloma que bañada en sangre  no puede volar.
 Te pedimos Señor, por el niño que duerme  en la cuna  su sueño de amor.
 Por la madre que aprieta los puños  mordiendo su llanto callando el dolor.
Por la esposa, la hermana, la novia... que esperan la carta que llegue  de allá
ocultando el horror de la guerra  mintiendo que pronto van a regresar
Y por ellos ¡oh Dios! por el joven valiente soldado que marcha hacia el frente con una misión,
pero cae regando con su sangre los paños benditos de su pabellón.

Entrega

Alli, donde cada gota que escurre por mi ventana,
semeja tus besos... ¡tan deseados!
Resbalando impacientes por mi cuello...
...corriendo ansiosos por mi cuerpo.
Allí, donde cada gota que resbala por mi ventana,
semeja también tus manos...

Absurda

Aturdida y enmudecida por los últimos sucesos, Zoe sentía que ya no quedaba nada de ella.
Su pasado, ahora parecía el sueño de otra persona, un recuerdo de otra vida... una vida que ya no recordaba.Ya no quedaba nada que pudiera salvarla de la locura.
Sus labios temblaron y esbozaron una sonrisa vacía.
Y de pronto, bajó la cabeza y se tapó la cara con sus manos, emitiendo gemidos que recordaban a un llanto de desesperación. Pero, no estaba llorando.
Al levantar la cabeza y ver su rostro completamente demacrado, y una sonrisa de puro regocijo, comprendí que no estaba llorando, sino que se estaba riendo.
Riendo, pues ya había descendido a su propio infierno, el único que ahora la acogería, y el único lugar al que podía llamar su hogar…

El cura

En un pueblo pequeño, se encontraba un rústico bar, el cual estaba ubicado a un lado de la carretera, donde muchos camioneros, mujeres y hombres del mal vivir, se reunían para beber, emborracharse, drogarse, era un antro al que ninguna persona decente jamás entraría.

El dueño de este lugar era un tipo, por supuesto, de igual calaña, un ex convicto que estuvo encarcelado por asesinato, y que tuvo el descaro de enamorar a una mujer, y robarle para tener dinero y crear este lugar, su nombre era Javier

Una noche, cuando el bar estaba lleno de toda clase de basura humana, haciendo lo que mejor saben hacer, Javier atendía el bar, se sintió un cambio en el ambiente, algo muy extraño, difícil de explicar para todos

Aquel día


Aquel día, mi sueño de Susanita se hacía realidad, del brazo de mi amado abuelo, a paso lento, y con más de cien miradas emocionadas dirigidas hacia los dos, empezaba a ocurrir el momento que guardo como el más preciado tesoro en mi memoria.
No logre contener las lágrimas, el me esperaba, elegante, ansioso, tan lindo…
Mi abuelo dándome un beso me entrego a quien en breves momentos se convertiría en mi esposo.
“Dios, estas guapísima “me susurro, sonreí.
Déjame que te desnude con mis palabras que daño no te harán
Déjame hoy salir de la pantalla de tu monitor
Te prometo caricias incandescentes
Quiero abrasarme contigo
Las estrellas celestes
Giran para nosotros sin sentido
Deja que te desnude lentamente
Deja que me aprenda cada milímetro de tu cuerpo
No me cansare de besarte
Quiero poseerte
Y yo siento que te quiero

Cosas que pasan



El hombre de la esquina lloraba siempre que recordaba su muerte. Hablaba de ella como si se tratara de un difunto cercano, alguien a quien añoraba y al que le ofrecía siempre el último brindis del año. Todos nos acostumbramos a sus lágrimas de duelo cuando utilizaba esos instantes de prórroga para calumniar al vivo que había sido. Y tanto se lloró en vida que se fue muerto de la risa al otro mundo. 
Ella estaba ahí, paciente, expectante…Le desató la cordura. Se acomodó en su mente con intención de no marcharse en una larga temporada. La sedujo hasta el extremo de un éxtasis oscuro. Embriagó sus pensamientos. Por selección natural, empezó a engendrarse una obsesión. El polo negativo de todo comenzó a ser atraído por su imán mental. Un calambre eléctrico activó el mecanismo que no dejaba de dar vueltas en su cabeza. La simple idea de imaginarlo le desató la cordura.
Ese día de verano, mientras intentaba tomar su almuerzo en su casa de campo, las decenas de moscas, que habían en el ambiente, revoloteaban a su alrededor e intentaban posarse sobre su comida sin dejarlo almorzar en paz.
- ¡Belcebú! - gritó el joven, obstinado, mientras espantaba las moscas de su comida con una mano - ¡Controla a tus súbditos y ordénales que me dejen comer en paz!
Al instante, todas las moscas desaparecieron y el joven, sorprendido, terminó de comer tranquilamente; pero esa tarde, mientras tomaba la siesta bajo un gran árbol,  el joven tuvo un sueño muy extraño en el que millones de moscas lo atacaban y se lo llevaban volando a una oscura caverna, donde una grotesca mosca gigantesca lo estaba esperando para comérselo.

Al despertar, sudoroso y aterrado, el joven corrió a su vehículo, se montó y pasó toda la noche manejando de regreso a la ciudad, haciendo pequeñas paradas en todas las iglesias que encontraba en el camino para rezar un poco y jurar que más nunca volvería a jugar con demonios.
Se quedó con tantas ganas
El sol lo vino a buscar
Y lo saco despacito
La luna besaba el mar.
Se posó una mariposa
Como queriendo hablar
Tengo que volar tan lejos
No sé si poder llegar.
Que tiene la noche mía
Tiene garras echas  caricias
Un silencio que me abraza
Con encanto, es poesía.
Palabras mezcladas ríen
Y sueñan jugar conmigo.
Desborda el rio sus aguas
Yo despierta y siento frio.
La gente toda dormía
Era muy de madrugada
Una mano con el mate
La otra con mi esperanza
Se quedó con tantas ganas
No quiero sentirme mal
Mejor termino mi verso

Debe estar por aclarar.

Instituto del tratamiento de las enfermedades nerviosas - 1° Parte


Insano_ sensato



Gerardo tiene 54 años, desde los 18 años  ha  pasado por clínicas psiquiátricas.
Hizo cuatro años superiores en una escuela técnica, y una mañana caminando por  los pasillos de aquel lugar, comenzó a mirar el techo, ya no volvió más, sus despertares son momentáneos.
De pequeño su padre y hermanos, él es el hermano mayor, lo incentivaban a ir al cine a salir, el solo leía,  y ante la insistencia familiar, iba al cine, En una de nuestras charlas llego a decirme “la guerra de las galaxias era donde todo se rompía, feo, feo “, esbozando  una sonrisa bobalicona.
Tengo  que confesar que Gerardo es una de mis debilidades, escondiendo sus ojos entreabiertos con la palma de sus manos se pasea por el corredor del patio del manicomio, sus pasos largos y correctos, como marcando distancia, al llegar al final gira en un pie y retorna con sus pasos largos.
Padece una esquizofrenia desorganizada,  mantener una charla con él es desesperante e interesante, salta de un tema a otro, señalando puntos en la palma de su mano izquierda nombra todos los huesos del cuerpo humano, me mira, sonríe, y  con el mismo ímpetu nombra uno a uno los presidentes Argentinos.
Hace 25 años está aquí dentro…
Gerardo… ¿que puedo regalarte para tu cumpleaños?
“Un libro grande sobre las edades del hombre, edad de piedra periodo paleolítico periodo mesolítico, periodo neolítico”
Y así va nombrando con su dedo índice apuntando león la palma de su mano los distintos puntos.
Gerardo… ¿Queres que pida permiso y salgamos a pasear?
Se tapa los ojos con sus manos y dice
“Disculpe Laura, tengo que seguir con mis cosas, déjeme solo “
Se sienta mirando la pared, su índice izquierdo señala puntos rápidamente en la palma de la mano derecha, no logro escuchar lo que susurra, números quizás, me aparto.
A Marta se le salió el pañal, Marcelo grita desesperado, como hormigas algunos corren, está la enfermera repartiendo cigarrillos, otros toman mate al sol, esquizofrénicos, depresivos… muchos abandonados aquí, ni siquiera reciben visitas.
Vuelvo a mirar a Gerardo, sigue mirando su mano, de cara a la pared.

Cierro la puerta. Ojala mañana comparta conmigo su breve despertar.

Mi amor

No quiero que llegue otro día, interminable y fastidioso.
No quiero que pase esta noche;
aunque sea sólo pensándote, reposo.
No quiero dejar de soñarte,
porque al despertar, veré que no estás.
No quiero sólo tus palabras.
Quiero todo lo que eres y me darás.
No quiero dormir a solas, sino saciar el ardor de mi pecho.
Quiero que llegues ahora y me ames como nadie lo ha hecho.
No quiero respirar mi propio aire, y no sentir tu olor.
Quiero tu aliento en mi boca, y que impregnes mi cuerpo con tu sudor.
Y en esta habitación, nuestra fragancia sea la que invite al amor.
No quiero que pase esta noche, porque mañana tampoco estarás.

Quiero sentirte y saber que tu muerte no es real