Despeinada, buscando a tientas sus pantuflas, con toda la pereza del mundo, se dirigió al baño, una ducha lograría
quizás quitar aquella resaca que sentía su cuerpo, se miró al espejo, y sin
prisa alguna, la idea de mojarse se alejó de su mente.
Un café cargado, y un cigarrillo…. A la segunda calada se sentía
tan entabacada que lo tiro.
Miro su móvil, dos llamadas de su madre, más de lo mismo.
Abrió la ventana, una bocanada de aire demasiado cálido y el
reflejo del sol, hizo que la cerrara rápidamente.
Termino el café de un sorbo, nada por hacer, domingo mortecino,
no recordaba casi nada de la noche anterior, amigos , música, cocaína, tragos,
movimientos, cocaína, sudor, franeleo, cocaína.
Pagaría lo que fuera por ser feliz una puta hora del día,
pero estaba jodida, su adicción había empezado como la de la mayoría, primero las
pruebas y te diviertes. Luego te acostumbras a ella y te produce bienestar.
Finalmente estas siempre mal al menos que la tomes, de manera ilusa su
autoestima subía, se sentía sexy consumiendo.
Volvió a la cama y se desplomo sobre ella con la cabeza
hundida en la almohada, hacía tiempo que no lloraba, pataleaba como una niña
rabiosa y maldecía a todo lo que le venía
a la mente.
Aturdida, enajenada, llevaba sus manos a la cabeza, una raya…
necesitaba una raya, el móvil no dejaba de sonar, corrió al baño, de un puñetazo hizo mierda el
espejo, sangre corría por sus dedos, el maldito teléfono seguía sonando, como
pudo atendió, era su madre…
_ ¡AYUDAME MAMA!
"Estas ideas mías
Infectan la menteSe filtran por la médula
Hormiguean en la barriga, hinchándola hasta arder
Es entonces cuando llega el dolor
Como un segundo esqueleto
Intentando encajar bajo la piel"
I
No hay comentarios:
Publicar un comentario