Querencia



¿Deseaba tranquilidad, paz?... No, solo esperaba.

Cientos de mariposas revoloteando por mi mente, noche.

Oculta tras mis alas, de inocencia y locura…tu voz irrumpe para derrumbar mis pensamientos más claros, más profundos y racionales. Esto no es real, repito una y otra vez, ridículo sentir que con solo eso te alejaras. Mi instinto criminal emerge, sin embargo… ¿cómo asesinar a una voz?



Dilatas mi agonía, maldigo porque sé que mi única compañía eres tú.

Tantas veces pensé que buscabas en esta alma errante, desnuda de sueños, añorando el olvido.

Y tu voz deambula por mi mente, y traes con ella tanta sombra…

Sumisa, guiño un ojo y te ofrezco media sonrisa, de esas que el rostro lividece. Entonces, solo entonces, te vuelves susurro, y vuelves a poseerme.

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