Jungla de autistas



Tarde de calor, el sol empedernido en derretir asfalto. Una veintena de personas espera la luz verde del semáforo, mientras otros tantos se aventuran como animales cruzando un río en África. Pero el cocodrilo ataca al más débil, un pobre ciego que se confía y se estrella contra el parabrisas de un taxi que lo arroja cien metros adelante. La gente se sobresalta y retrocede o apura el paso, voltea la mirada por un segundo con un poco de morbo y, al ver que ya no hay peligro, recuerda inmediatamente lo apurada que va a ese asunto tan importante y sigue su camino mientras vuelve a acomodarse los audífonos.

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