Ciclópeo

Ahí está, gallardo, perfecto señor, rey de mis palacios.  Se queda parado delante del espejo mientras se mira sin verse, perdido en algún lugar. Toma una calada y disfruta devolviéndole el humo a su reflejo, que está ya tan colocado como él y no responde a sus pueriles provocaciones.
Las sombras empiezan a difuminar el color de todo lo que toca y, en armonía, el ruido se va apaciguando. La alfombra negra del dormitorio le abraza los pies desnudos como invitándolo a quedarse y concederse un momento. Sólo a él.
Su cuerpo es bestial y  se mira. Mira cómo sus manos toman la decisión de moverse y empiezan a desabrocharse la camisa. Casi etéreo, aparece, sacando pecho. El embrujo del negro le sienta bien...
Se mira en el espejo mientras mis manos le bajan la cremallera del pantalón y siente la irresistible necesidad de apretar y contraer los muslos, porque el universo entero se concentra ahora en ese punto, en una sensación tan intensa que se hermana con el dolor. Se pone de perfil para observar cómo mis manos le bajan los pantalones, muy despacio...y sin dejar jamás de mirarse. Mientras lo hace y al lento ritmo de un ceremonial, sus piernas se abren levemente y su cuerpo se inclina, mientras el observa el efecto de su imagen. Su cuerpo pálido destaca ahora con nitidez del oscuro fondo, por eso al ritmo de las sombras aún distingue su imagen en el espejo.
Detrás de él está la cama. La rodea hasta llegar a la mesilla de noche, pongo música .El primer sonido ya es una invitación, toda una provocación, y él quiere abandonarse, cederse, perderse, agotarse... La luz roja de la lámpara de noche lo oscurece todo, lo diluye en una sensación de irrealidad que lo empuja con impaciencia hasta la cama.

Sierpe

Inhalo el aire que despides de tus pulmones, saboreo los resabios de mi savia que han quedado en tus labios, muerdo tu cuello hasta oír tu queja, aprieto con mi mano derecha tus testículos, gritas… tonto, solo marco territorio.

Mio

Esa viscosidad que esconde tu boca, que hace que apenas puedas moverla. Esos estáticos ojos rojos, que ya no intimidan a nadie. Tu perdida virilidad, repele todo género que desees poseer.

Aun así, te encuentro en ese cofre cristalino, como mi más preciado tesoro.

Obscenidades

Que donde están tus embestidas, macho soberbio de buen linaje. Que dónde están tus mordiscos pregunta mi carne, entre más prontos están, el más los reclama. Yo soy ansía que sólo tu voracidad embelesa.
Que cuándo será el grito libertario que se pare en tus míos orgasmos, preguntan todos mis pelos erizados en la espera de tu recio amor.

Bucólico

Caminando sin rumbo fijo, fumando de manera pausada… mente en blanco…entonces lo vi. Él se guarecía bajo un paraguas, me miraba como atrapado por la desesperanza, yo le vi desde la decepción. La seducción viró en ese cruce de miradas. Acercándonos, sin mediar palabra, nos tomamos de la mano. Corrimos a un lugar aislado de lo mundano, donde saciamos aquella hambruna de ímpetu. Al tiempo aparecíamos sobre un rayo que se apagó sin posibilidades de resurrección.
Quedamos fundidos en el limbo donde conocimos la paz; finalmente nos habíamos encontrado. No agonizaríamos más. Él estaba muerto, yo no tenía vida. Nuestro destino, más allá de todo lo conocido, emprendía su fortuna, el fin de la consternación de la existencia anterior. Volamos. Nadie podía alcanzarnos ni desviarnos, ahí resucitamos en carne, sangre y aliento mientras dorados matices rodeaban al Sol, que incitado por la Luna, andaba ya hacia su sopor cotidiano. Surcamos valles y montañas, envueltos en una penumbra de exquisito olor a azufre.

MARTIRIO



MARTIRIO




SOY ARROGANTE… ¿Y QUE?

SOY PATETICA Y ME DIVIERTE

QUIERO PREGUNTARLE A LA VIDA

PORQUE SIENTE TANTO INTERÉS

Faltan palabras…



¡Tócame esta noche!
despacio, suave
quiero sentir tu cuerpo
sabiamente enredado al mío
Quiero que me saborees
que me vuelvas loca
Quiero derramarme
muy suave en tu boca.
Quiero que me lleves

Trance

Esparcí tus cenizas por donde van mis pasos
En los rincones de mi oscuridad encontré tu reflejo
me sonrió a través del cristal que contenía la esencia de tu memoria
clara fue tu sonrisa como el brote de un arroyo
tu mirada un trozo del cielo nocturno que tan celosamente guardaba para mí
y tus manos un consuelo irreal.
acudiendo una vez más para aliviar mis noches de angustia
abriendo paso a la razón incierta en medio de la desesperación.
Escuché el sollozo de un ángel a lo lejos de mis horizontes
pero el temor a los designios divinos me había abandonado hace tiempo
tanto era el alcance de mi pasión por ti como para velar la razón;
pues el susurro de la tentación interrumpió mi silencio
y yo no me atemoricé ante ello.

Fragil

Siento la soga en el cuello, más aun no realizo el nudo, maldita cobardía. Y no son pocas las veces que en el intento de olvidar el presente, me escondo inocentemente en las nieblas del pasado, o del futuro impreciso, o en mi mundo estragado, o en la vida de los cuentos inconclusos, no acabados. Tan profundo veo el drama de la vida, que esa red ya no me atrapa en sus mentiras. Presta huyo del embrujo de sus males y en mi tiempo desdibujo en mi cuento sus pesares, en danzantes hadas blancas rebosantes de hermosura, o en negras capas livianas que en contraste con la luna tornan el día en penumbra. Y huyo del recuerdo del comienzo, y huyo del pavor a los finales, temiendo algo muy distinto al clásico final de los anales. Matices que rompan el encanto del arquetípico final de ser ¿felices?
               

Metamorfosis



Se sentía tan feliz, todo era armonía su vida era sonrisas y bostezos Cuando supo que se acercaba la hora, se decidió a escribir su epitafio. Para ser recordado en el lugar donde vivió siempre, para plasmar algún pensamiento agradable o simplemente para despedirse. Quería dejar algo. Lo necesitaba. Como una especie de consuelo ante su inminente partida. No sabía qué le esperaba allí, del otro lado. Por más leyendas o historias que supiera, lo aterraba el hecho de comenzar su último viaje sin saber el destino.

Al fin tuvo la frase exacta entre sus labios y sólo en ese momento sintió que podía partir. Tranquilo, ligero de equipaje y sin cuentas pendientes. Cerró los ojos, y luego de esos nueve meses que le parecieron eternos, nació.


Cesania marginal

Solo mi mente y mis pensamientos absurdos me llevan a  sacudir alteraciones ¿normales?Era tan horrible no podía creer lo que había hecho, nunca pensé que me atrevería, pero lo hice y tenia una sensación de euforia y alegría entremezcladas... Todo comenzó cuando lo conocí; aquella noche me sentía fuera de lugar y alguien del grupo me llamo para presentarme a alguien; yo me acerque con pocas ganas no quería conocer a nadie en aquel momento pero según mi buena amiga tenia que conocer mas gente para animarme un poco, desde que termino mi ultima relación no levantaba cabeza. -              Laura este es Guille dijo mi amiga mientras sonreía; Guille me miro y yo me quede fascinada mirando sus intensos ojos verdes, nos saludamos con dos besos y él al igual que yo parecía que no-tenia muchas ganas de conocer a nadie pero supongo que se quedo a conversar conmigo por no hacerle un feo a nuestra amiga que después de presentarnos desapareció –“ para que os valláis conociendo”- dijo. Al principio no hablamos mucho las típicas preguntas, ¿ a qué te dese vayan conociendo.

(...)

Con ira en el corazón,
Estoy maldita,
Por todos los dioses fugados.
Por las razones inconlusas de tu alma,
No hay alas en tu espalda,
Ni oscuridad en tu corazón,
Sólo el viaje de infinitos,
Corrompidos por mi presencia.   
Tú locura empedernida
Persigue el trance de mis movimientos,
En la fauna del baile;
Y en la fabulas de nuestras vidas.
Tantas veces encontrados,
Muchas veces ignorados,
Allí, donde el paraíso es un árbol desnudo.
Maldita,
Por todo lo que soy,
Por lo que está escrito en mi.
El alma crepuscular de tu cuerpo.
 En los tiempos,
Yacen las memorias
Fortuitas de tus ojos.
 Y en mis ojos,
Yace tu mirada,

Perdida en mares de inconsciencia.

¡ Madre! mia...

Demasiado calor, bebiendo algo fresco estaban las amigas en la terraza de Julia. Afuera, la noche era apacible; no obstante, a la hora de la cena se vio perturbada por un extraño ruido metálico proveniente desde la calle. Los perros vecinos de inmediato comenzaron a ladrar, y el Gordo Ahumada se apresuró a levantarse del sillón para echar un vistazo a través de la ventana.
-¿Y eso?- preguntó, escudriñando con insistencia la oscuridad del exterior.
Julia hizo un vago gesto de fastidio.
-Es una loca. Todos los días, a esta hora, pasa por aquí.
-¿Y ese ruido de latas?

Rapto recóndito

Intensa y  violenta me presento ante vos
Mi alma desnuda temblará en tus manos,
Sobre tus hombros pesará mi cruz.
Las cumbres de la vida son tan solas,
¡Tan solas y tan frías! Yo encerré
mis ansias en mi misma, y toda entera
como una torre de marfil me alcé.
Hoy abriré a tu alma el gran misterio;
ella es capaz de penetrar en mí.
En el silencio hay vértigos de abismos:
Yo temblorosa, me sostengo en ti.
Muero de ensueños; beberé en tus fuentes

Delirio

Cuando una brisa leve de crepúsculo, entraba por la ventana y rozaba nuestros cuerpos desnudos…Él jugaba con mi mente. Provocaba con su voz sensaciones únicas y me llevaba al límite de mis deseos. Sus dedos como llamas, excitaban el fuego de mis entrañas y solo podía gemir frente sus atrevidas caricias. Me llevaba a querer más y más. Suplicaba por sus dedos y su boca. Cuando entro en mí, su fuerza y su dulzura eran una sola, aquel acoplamiento y movimiento perfecto, era mi gran debilidad, pero esta vez, (no sé cómo), pude continuar el ritmo sin llegar a término. Me había propuesto ver también mi poderío. Con mi cuerpo deseoso y perezoso por dejar esa delicia, haciendo un esfuerzo lo aleje de mí. Lo acaricié y sin mediar palabra tomé su sexo lentamente, sobresalía erguido bajo las sabanas. Sentí el movimiento en la punta de mis dedos y el fuego que abraso mi mano cuando lo acaricie a lo largo y ancho. Tensó su cuerpo y sacó empujando su cadera como si ese movimiento le diera más profundidad a la caricia........ Sentí que su respiración se agitaba y perdía un poco la concentración en mi cuerpo. Jadeante vi brillar sus ojos como brasas mientras acariciando con sus dedos mi boca, se mueve, se funde a mí y me dirijo bajando por su cuerpo, recorriendo su piel hasta llegar a su pelvis aspire su embriagante olor. Rocé apenas con mis labios su tibieza y murmuró mi nombre como quien eleva una plegaria. Hundiéndose en el cálido y húmedo cáliz, mi lengua jugosa lo potenciaba, dejándolo hacer y viviéndolo  con todo su poderío. Estaba gozando mucho y eso también me hacía  disfrutar a mí. Busque su placer durante un largo rato, su goce era tal que solo podía sentir como llegaba al límite de  su lujuria y perdía su manantial ardiente, en el averno de mi cuerpo. .

cerca

 Estridente es el murmullo  que la noche dejó atrás,
Antes de que el día quiebre el cielo con su crepitar.
Pero en medio de aquel reposo inquieto
Que desgarra la trama del olvido y el recuerdo,
Mi alma se estira hacia la tuya,
Cada vez más cerca.
Nuestras vidas nunca se unen;
Nuestros pensamientos nunca se distancian,
Aquello que aferra tu corazón al mío,
Parece disolverse en un brillo sombrío.
Esta noche, el Amor ejerce un control total,
Y con deseo y con pesar,
Mi alma se arrastra hacia la tuya,
Cada vez más cerca.
En aquel lugar, dónde la pesada Tierra
Se derrita en el aire brillante,
Y dónde el mal no se respire;
Dónde el agua barra el eco de la sed,
Y el fuego sea el reflejo de nuestra fe…
Ahí…
Si la voluntad yace atada al objetivo,
Tal vez allí pueda su esperanza engendrar.
Mi alma, en esta hora desolada,
Se agita hacia la tuya,

Cerca, siempre un poco más.

Asociación

Los estrías asuradas del ensueño sembremos
de alguna palpitante simiente concebida
que arda en florecimientos imprevistos y extremos;
Y al amparo inefable de los cielos sembremos
¡De besos extrahumanos las cumbres de la Vida!

Amor es milagroso, invencible y eterno;
La vida formidable florece entre sus labios…
Raíz nutrida en la entraña del Cielo y del Averno,
Viene a dar a la tierra el fuerte fruto eterno
Cuyo sangriento zumo se bebe a ¡cuatro labios!

Amor es todo el Bien y todo el Mal, el Cielo
Todo es la arcada ardiente de sus alas cernidas…
Bajar de un plinto vano es remontar el vuelo…
Y Él te impulsa a mis brazos abiertos como el Cielo,
¡Oh suma flor con alma, a deshojar en vidas!…

En el balcón romántico de un castillo adormido
Que los ojos suspensos en la Noche a diamantan,
El Silencio y la Sombra se acarician sin ruido…
Bajo el balcón romántico del castillo adormido

Un fuerte claro-oscuro y dos voces que cantan…