Nunca juegues con la suerte


Angélica, mujer hermosa, joven divertida, querida por todos los de aquel pueblo pegadito al bosque, sin embargo Marcos la odiaba.... La odiaba porque no había podido someterla a sus caprichos y vejaciones...La odiaba porque era bella, inteligente y sobre todo porque seguía viviendo tan campante a pesar de todos sus esfuerzos por destruirla...Pero esta vez no podría escapar de él...
Para eso se había mudado cerca de ella...Había comprado una cabañita en el bosque vecino al pueblo y había estudiado durante meses todas sus idas y venidas...Sabía por dónde pasaba cada mañana y porque camino  volvía cada tarde....Se trataba solo de esperarla y zas abrir las trampas que había dispuesto solo para ella...Pero debía estar atento...Esperarla en el sitio correcto y a la hora correcta...
 Por eso en los últimos días casi no había no comía ni dormía esperándola, revisando de nuevo sus trampas, acechándola por los rincones, espiando el movimiento del bosque, tratando de sentirla venir por alguna parte...Pero nada... Pareciera que se la había tragado la tierra...Estaría acaso enferma o peor aún muerta y entonces ya
No podría gozar del espectáculo de su agonía...Con ese temor en mente llamó a un conocido suyo
en el pueblo,  pidiéndole información sobre ella; pero este le informó que la susodicha estaba vivita y coleando, paseándose alegremente por el pueblo...Entonces por qué no pasaba por el bosque para ir a trabajar…Se preguntaba una y mil veces Jeremías.....Acaso estaría de vacaciones.... Miles de conjeturas seguían dándole vueltas en la cabeza hasta enloquecerlo... Así pasó el tiempo y ya hacían varios días  que no pisaba la cabaña y ya parecía un pordiosero; con la ropa sucia y sudorosa y hasta las tripas empezaron a chillarle de hambre...Fue entonces que decidió tomarse un descanso...Para esto dejó las trampas dispuestas por si pasaba la maldita mujer en su ausencia....Así fue como se puso en marcha y caminó, casi se arrastró hacia su refugio y cuando al fin llegó, estaba al límite  de sus fuerzas...El corazón le latía aceleradamente y un punzante dolor en el pecho lo torturaba...Con dificultad se sirvió un vaso de agua y entonces recordó que con tanto ajetreo había olvidado de tomar sus pastillas para el corazón...Desesperado las buscó en sus bolsillos y  luego en toda la casa, hasta agotar lo poco de fuerzas que le quedaba pero nada...Seguro las había perdido en el bosque pensóantes de caer de bruces en el piso...Tan ocupado como estaba con su venganza se había olvidado de sí mismo y peor aún de su precaria salud...
Y así fue como en medio de sus vómitos y espasmos vio como la muerte venía risueña a llevárselo...
Al día siguiente alguien dio la voz  que el caminó que pasaba por el bosque estaba lleno de trampas y las autoridades limpiaron el lugar…En cuanto a nuestro fatídico personaje quedó olvidado y enterrado para siempre en medio del bosque......

Para vos


No te siento
casi estas como lejos,
no veo tu mirada de picaflor,
ni tu sonrisa de alegría mustia,
ni siento llegar una palabra justa.
 
No te siento
 en este camino mudo,
en este andar, de pisar otoños fríos,
en el quehacer, de vientos sueltos a la nada,
y de comenzar, un paso hacia tu suspiro.
 
No te siento
 aquí sin sombra y sin sol,
aquí donde llega el atardecer cansado,
donde el ocaso hace temblar una emoción,
y el medio día, cubre nuestros nombres.
 
No te siento
 allá en el sofá sin pétalos,
ahí donde las arañas sueñan una dicha,
donde mis palabras, hacen coser nuestros deseos,
y nos vamos a la alegría del océano.
 
No te siento,
en estos días de trajes arrugados,
donde las fiestas, son piezas de bocado,
donde un desfile, solo son caderas afiladas,
ojalá logremos cambiar la esquina de este túnel.
 
No te siento
en el abrazo apretado, de este mundo
en la danza apurada de tus labios,
en tu espalda que vacila de sudor,
en tus cabellos que abanican mi verano,
en tu piel que visita mi invierno.
 
Si te siento
En la marcha infinita de los pueblos,
Que caminan al alcance de la fe,
Con la sinfonía de sus puños,
Y la rabia en cada paso de su ruta.
 
Si te siento,
en el llanto de los niños por un pan,
cuando la olla esta quieta sin candela,
esperando la justicia necesaria,
desde la migaja hasta un pan.
 
Si te siento
en la distancia de nuestros corazones,
en la mirada ajena y sin esperanza,
en el oscuro legajo de tu expediente,
en la causa olvidada de este amor,
en la distancia que no quieres golpear,
ojala besara el viento con tu cielo.
 
Si te siento
en la lucha apurada de este mundo,
al alcance de la libertad  de los ríos,
de los bancos quietos de los cerros,
de escuchar los trinos en el viento,
del ver caminar libres a los árboles,
de  acaparar la sonrisa de los niños,
de guardar los bastones del anciano,
y tú y yo abrazados con el viento.

Er


Eres el gesto alegre, de mis suspiros,
la calle ancha de mis pasiones,
camino limpio de mis amores,
eres mi Dios, donde mi alma
 
Con tus besos fuertes, adoro el cielo,
con tus brazos tiernos, aprieto el mundo,
con tus ojos claros, miro estrellas,
eres mi Dios, donde mi alma.
 
Eres libro abierto, en mis desvelos,
un lápiz grande que escribe versos,
mi pentagrama que entrega notas,
eres mi Dios, donde mi alma.
 
Mañana estiro este mi tiempo,
de tu ayer, que no estuviste,
eres presente, que siembra besos,
eres mi Dios, donde mi alma.
 
Eres montaña que subo a verte,
por este bosque que me sorprende,
tu, abrazado en mis suspiros,
eres mi Dios, donde mi alma.
 
Y viajaremos contigo siempre,
caminaremos por nuestra playa,
forjaremos nuestro camino,
porque ya eres, mi Dios, y es tuya mi alma

Algún día


Enredada en el murmullo de tu voz,
la caricia de tu tacto
y el lamento de tu distancia...
Cuántas copas sin beber,
cuántas noches sin dormir,
cuánta piel por recorrer...

Envuelta en el halo del amor,
aura infinita carmesí
siempre encendida de pasión,
de deseo y de ternura en ti...

Sabor dulce entre mis labios
tragándome el deleite provocado,
insaciable,
que despierta tu recuerdo.

Volver a amarte, siempre fuego,
inextinguible, limpio, eterno.
Vaso colmado de infinitos...:
Infinitas sensaciones coronadas a tu lado...
Infinitas picardías, mi saliva resbalando
por tu cuerpo codiciado.

Recorriendo tu sabroso existir,
el fluido de tu esencia voy lamiendo
y entre beso y otro beso voy viviendo
y entre beso y otro beso voy muriendo...

Te deseo fuertemente,
tiernamente te deseo.
Fuego, mar, volcán, sosiego...
Mil sentires por tu amor
que me encienden, vida mía,
cada noche y cada albor,
cada amanecer de mi existencia:

te deseo tanto, amor... 

Distintos balcones


Depende de quién mire
El futuro puede ser
Rosa  sensible  pálido
Celeste  limpio  azaroso
Negro  opaco  final
Rojo  urgente  intenso
Amarillento  triste  gastado
Verde  fresco  sereno
Gris  solitario  incierto
Blanco  vacío  desnudo
Azul  eterno  único.
Según los ojos
El futuro puede ser
        O no.

Antigua…yo


 
aburrida de mi poca suerte
no planean los pájaros aquí
buscan otro cielo
como yo/
busco la verdad que no dijiste
y todavía espero
 
compro el milagro de volver
con mi piel resquebrajada
 
cambio lo que tengo hoy
por tu gusto en mi boca
 
miento que olvidé tus ojos
miento tanto  / no sé
hasta cuándo
 
las noches que desnuda te esperé
ya mi camisón esta oxidado
alto / aferrado  a tu extraña pared.

Yo sin vos



Esta resaca que me atonta
Este soñador Morfeo que me invade
Esta sensación de vacío, angustia
Este acto loco de pensarte
Esta necesidad de tenerte cerca
Este delirio de buscarte por todas partes
Esta soledad que no me deja
Este ruego para que no me dañes
Esta sensación que estas donde el olvido
Este miedo que perturba mi caminar por las calles.

NO BEBERAS



Tras una larga noche de descanso, Kay tenía una sensación de vacío, mientras el timbre del reloj taladraba su cerebro advirtiéndole – veinte para las siete.
Y los parpados luchaban por vencer  el peso del sueño y la gravidez cercana de las cervezas.
Quince para las siete, el vacío iba recuperando su lugar como una mancha de petróleo súbitamente liberada que se extiende sobre el mar de la conciencia.
Pero se trataba de una mancha sin color, porque era el vacío, la nada.
Era el fin que siempre comenzaba uno y otro día…con esa implacable capacidad de renovación contra lo que no tenía respuestas ni argumentos válidos.
Ese maldito reloj, era lo único tangible en medio del vacío.
Últimamente había empezado a imaginar que la muerte podía llegar a ser  algo así: un despertar sin atmosfera, trabajoso pero indoloro…desprovisto de expectativas

Y de sorpresas porque solo era eso: el hoyo sin fin del mundo del vacío. Y una nube oscura y acolchada que abrigaba a Kay, definitivamente.

Ausente por tristeza


Regale al aire un amargo suspiro y bebí el resto de mi vaso de whisky.
Lo escuchaba, espantada, hacerme un relato de bares nocturnos; de jungla y golpes bajos.
Un relato donde cada nombre sonaba como una amenaza, cada espera como una tortura y cada complicidad como una humillación.
Además, empleaba palabras tan discretas, tan púdicas…que eso avivaba su relato, en lugar de hacerlo insípido.
Y curiosamente volvía a encontrar en él, ese gusto por la desdicha, ese deseo de autodestrucción.
Era en sí mismo y no en el objeto de su amor donde estaba la causa de sus sufrimientos… o quizás de sus delicias.
Poco importaba que amara a otro hombre en vez de a una mujer.
Siempre seria desdichado.
Se fue muy tarde, parecía más ligero, algo más tranquilo.
Me acosté con un sentimiento vergonzoso de consuelo
“ocurriese lo que ocurriese, pensé, jamás sentiría ese gusto por el abismo”
Hace unos meses me entere de su muerte.
Al parecer había sucumbido por una crisis cardiaca debido a un abuso de euforizantes, calmantes y otras escapatorias.
Ambos habíamos pasado por la vida de los otros obstinadamente paralelos, extraños.
El, una vez soñó con amarme y vio que yo huía en ese sueño…
Lo amaba tanto… su elección sexual me había caído como una patada en los dientes; sin embargo, sé que una vez terminada la selección habitual del tiempo en mi tierna memoria.

Su sonrisa, su boca… y su voz, cuando me decía “jamás me he aburrido estando contigo”

Anacrónico



Voces que mutilan mis ideas.
Noches victoriosas, lava de poderoso volcán el color de tus paredes.
El fuego y el sudor…nuestros.
Tenes bueno dientes, esos que mastican y escupen corazones.
Días llenos de melancolía, sé que tu amor fue tan sincero; y que tu mirada es la que me lleva a el lugar donde quiero estar.
Pero no la encuentro, ya no.
72 horas serían suficientes para darte todos los besos que te debo.
48 horas anclada a la vera de tu rio.
Las cosas quedaron claras hace rato, lo sé.
1 hora mirándote a los ojos y no encuentro nada bueno, es mi reflejo…no me sorprende.
1 minuto y cerrar la puerta, tranquilo, yo me quedo acá

Victoriosa, siempre quedaran esos tres puntos en tu boca
Sin titulo



Esta ausencia de letras, este desgano, parezco estar resignada.
Pero no lo estoy; son los otros, los diarios, la televisión quienes están resignados.
Creo que un tanto por ciento de nosotros, morirá en accidente de auto.
Otro tanto por ciento de alcoholismo.
Otro tanto de una vejez miserable.
En todos los casos las noticias nos habían prevenido.
Prevenir no es curar.
Creo que tanto por ciento de nosotros vivirá un gran amor, otro por ciento comprenderá algo más de la vida.
Otro tanto por ciento se sentirá bien, amando a alguien.
Y finalmente el ciento por ciento morirá, pero siempre habrá un porcentaje con la mirada y las lágrimas de alguien en la cabecera, allí está perdida existencia.
No son las playas que se devanan en decorados de ensueño.
No son los clubes exclusivos.
No son los amigos.
Es algo frágil, precioso, que se saquea deliberadamente en estos tiempos.
Es el alma.
Y esta alma si no tenemos cuidado, la encontraremos un día delante de nosotros sofocada,

Pidiendo gracia, hecha pedazos.

Belleza perdida


Su mirada se perdió en la  búsqueda; hubiera querido traspasar montañas, atravesar  vertientes, posarse sobre las alas de un pájaro; como colibrí robar una gota de miel de sus ojos.
La negra cabellera de la mujer se agitaba en cien brazos.
Sus ojos dorados centelleaban  sonrientes ante la mirada pueril del hombre.
Coronada por los céfiros que revolvían sus cabellos nocturnos
Ella, mujer-demonio. El demonio del deseo, la mujer que se introduce en los sueños lúbricos
El demonio de la rebeldía; la mujer insumisa…el demonio de la libertad.
Los vástagos se niegan a mirarla, ella es el reflejo de sus miedos.
}

Sus palabras susurradas en un viento muy suave al oído entre tintineos de risa, se percibe mejor cuando se  juntan silencio y oscuridad.

Otoño

Los árboles se desnudan
Y despojados de follaje
Bajo un tibio sol de otoño
Sus hojas emprenden un remolino
En viaje

Esta brisa que revuelve mis cabellos
Este silencio que ilumina mi alma
Este peregrinar sin rumbo; es otoño
Y yo en viaje
Más en mi pausado caminar contemplo
La nostalgia que deja en las calles
El verano que se va lejos
Se dibuja una sonrisa en mi rostro
Sigo en viaje

Viaje sin pausas y sin prisas
Que invita a que las ideas se deleiten
Muten y divaguen
Por los sinuosos laberintos

Que tiene mi mente.

Compromiso


Te debo palabras más que monedas
Quimeras más que verdades
Te debo tantos te quiero
 atorados en mis venas
Penas envueltas en terciopelo
Te debo algunas lágrimas
Tres poemas, cinco versos
Te debo una cena
Y en la mesa dos copas de vino bueno
Te debo más momentos antes salir de la cama
Más recuerdos que aún no he compartido
Te debo más tiempo contigo
Y más calma
Pero sé que estaré contigo para siempre
Y no me apremia liberarme de deberte

Simplemente, lo se


 
Vendrá la noche y tendrá tus ojos
Querrán entrar en mi sueño
Del suelo al cielo gritaré cansada
Que ya no quiero seguir cayendo
Vendrá la noche y traerá tus pasos
Del portal al descanso y del descanso al patio trasero
Leeré el viejo libro que leíamos pensando
Que nunca acabaríamos de leerlo
Vendrás en sombras, en recuerdos
Vendrás despacio cantando algún verso
Que escribiste para mí y sin saberlo
Te veré pasar como atraviesa por la ventana el pesado viento
Volverás una noche de aguacero y sin paraguas
Dejaré que me mojen las lágrimas del cielo
Volverás en paz, volverás en calma
Quizás cuando ya no te espere
Y un día del que no guardaré el recuerdo
Volverás a la casa donde construimos algún sueño

Devastación inminente


La fiebre es una plaga maligna que lo invade todo.
La fiebre cae como un manto de seda roja, ajustable y compacta; envolviendo los cuerpos para inyectarles el veneno oscuro de la desesperación y la muerte más lenta y segura.
Es un castigo sin apelaciones ni atenuantes, que parece dispuesta devastar el Universo.
Su vórtice fatal debe de haber caído por la ciudad hereje, sobre el barrio condenado.
Es el martirio de los perros callejeros, enfermos de sarna y desamparo…que buscan un lago en el desierto.
Deseos viejos que arrastran bastones, más cansados que sus propias piernas; mientras avanzan contra la canícula en la lucha diaria de subsistir.
De los polvos muertos contra la vereda, añorantes de una lluvia que no llega o un viento indulgente.
La fiebre lo aplasta todo y tiraniza al mundo y corroe lo salvable.
Despierta solo la ira, los rencores, los odios más infernales; como si su propósito fuera provocar  el fin de los tiempos
La historia, la humanidad y la memoria

Devastación inminente



La fiebre es una plaga maligna que lo invade todo.
La fiebre cae como un manto de seda roja, ajustable y compacta; envolviendo los cuerpos para inyectarles el veneno oscuro de la desesperación y la muerte más lenta y segura.
Es un castigo sin apelaciones ni atenuantes, que parece dispuesta devastar el Universo.
Su vórtice fatal debe de haber caído por la ciudad hereje, sobre el barrio condenado.
Es el martirio de los perros callejeros, enfermos de sarna y desamparo…que buscan un lago en el desierto.
Deseos viejos que arrastran bastones, más cansados que sus propias piernas; mientras avanzan contra la canícula en la lucha diaria de subsistir.
De los polvos muertos contra la vereda, añorantes de una lluvia que no llega o un viento indulgente.
La fiebre lo aplasta todo y tiraniza al mundo y corroe lo salvable.
Despierta solo la ira, los rencores, los odios más infernales; como si su propósito fuera provocar  el fin de los tiempos
La historia, la humanidad y la memoria

Inestimable amor



Clavaste en mi espalda tus alas, y volé hacia las estrellas.
Y aquí en el lado oscuro de la luna, te espero…urgente de cariño
Pero ¿Cómo haz de venir amado mío si son tuyas mis alas?
Bajare por ti y te traeré en mis brazos; será un viaje liviano y sentido. Lo se 
Paredes angostas me llevan por un oscuro pasillo.
Las palmas de mis manos las empujan, como si apartarlas quisiera.
Sigo a paso firme, aquello cada vez más estrecho. Apuro el paso.
Las paredes ya chocan mis hombros…lastiman.
Camino de costado, está cerca el claro…es una luz tenue.
Cuesta respirar; me estiro, aquello raspa, aprieta.
Con el dedo índice logro aferrarme al final de la pared.
Salgo, herida…como puedo.
Y allí, la nada misma; un espacio infinito, un resplandor azulado.
Mis pequeños pies apenas caben en aquel borde.
No puedo volver.
Aquellas dos moles de piedra se fusionaron tras de mi…
Respiro hondo. Me dejo caer

INSIDE


INSIDE

Kay se encontraba allí, estática, escuchaba como dos personas hablaban, fuerte y claro. Intentaba abrir sus ojos pero no podía.
Su cabeza estaba levemente girada hacia la derecha.
Un tubo salía por su boca y sentía obstruida la nariz.
Su respiración se agitaba luego de varios intentos fallidos de mover sus extremidades.
Todo era en vano.
Una cantidad de imágenes cual diapositivas pasaban por su mente de manera vertiginosa…
¿Cuánto tiempo llevaría así?
¿Qué le estaba pasando?
Fue un segundo , cuando una luz fuerte, contrajo la pupila de su ojo izquierdo, al tiempo que una presión estremeció todo su cuerpo.
Exhalo ..Fuerte. “ ya está aquí” , escucho.

La figura frágil y desmejorada de Kay, en ese preciso instante, peso 21 gramos más
La muerte no duele
Ni apena al ausente
Lagrimas saladas caen
Sobre el ataúd del ya no ser

Iluso es creer
Que somos imprescindibles
Cuando la angustia del doliente
Se va después de dos cafés

Hermosa verdad comprender
Que todos terminamos en polvo
Como siniestro es asimilar
Que el alma queda vagando
En lo terrenal

Alma blanca, pura y volátil;
¡Quien me otorgaría el poder
Para esnifar aquellas vagabundas

Que tanto ame!