No todos los días son normales



El viento frío de la mañana traspasaba los cristales empañados, la luz blanca del día nublado, le obligaba a abrir los ojos, recordándole la soledad y que se le hacía tarde para ir al trabajo, otro día de tediosa rutina se vislumbraba.
Elena se sentó flojamente sobre la cama, se levanto y comenzó su día. Encendió su televisor mientras preparaba algo para desayunar, en las noticias muerte, corrupción y desastre, habitual del día a día. No presto mucha atención a lo que decían, respecto a la desaparición de jovencitas, que había aumentado en los últimos meses, apago el televisor, cuando se acabó de duchar y se dispuso a salir a toda prisa.
El día laboral se extendió y tuvo que quedarse hasta tarde a terminar unos pendientes, cuando salió de la oficina las calles estaban casi desiertas, ya muy pocos transeúntes se veían por la avenida, descendió por la escalera y abordo el metro. Se sentó, se acomodo los audífonos y se dispuso a leer un libro.
En la estación siguiente cuando el vagón se detuvo, abordaron dos tipos, vestidos de negro, y estos traían consigo lo que parecía ser una muñeca sexual, vaya cosas que se ven a estas horas, pensó Elena; quien volvió la mirada hacia su libro sin prestar más atención a la escena que se desarrollaba en frente, sin embargo comenzó a sentirse incomoda, y dirigió la mirada una vez más hacia los extraños, notó que uno de ellos la miraba fijamente sonriendo de manera que le parecía poco usual, le dio muy mala espina.
Cuando un sujeto que vino de la parte trasera del vagón se acerco a ella y le susurró al oído, si quieres seguir con vida, baja conmigo en la siguiente estación, escuchar estas palabras le heló la sangre, erizó la piel y provocó un nudo en la garganta, que no tuvo más que seguir las indicaciones de este sujeto y ambos descendieron del metro.
Cuando bajaron, Elena miro sorprendida al tipo que la acompañaba y que tan solo hace un instante le acababa de amenazar, el sonrió y dijo –Perdón si te he abordado de esa manera, mi nombre es Martín, soy un investigador policiaco, y trabajo en un caso, sigo el rastro de las misteriosas desapariciones de varias jóvenes en los últimos meses que han incrementado estos días, y parece que los tipos que estaban con nosotros en el vagón están demasiado involucrados, y me temo señorita que te han elegido-, ¿cómo que me han elegido? pregunto Elena; créeme, esas personas no miran con detenimiento a nadie al azar, al encontrarte, creo que han encontrado a su siguiente creación, ahora es mejor ponerte a salvo y ambos salieron de la estación hacia las calles.
Elena era una chica nerviosa, las palabras de Martin la pusieron alerta. Martin la invito a subir a su auto, dime donde vives, te llevaré a casa, bien, subieron y comenzó a narrar –Es inquietante lo que los humanos son capaces de hacer a sus semejantes, en tantos años de carrera, me ha tocado presenciar cosas retorcidas, sin embargo esto, me parece tan mórbido y asqueroso, quiero terminar cuanto antes este caso, si puedo ponerte a salvo será un gran avance. Las pistas que hemos seguido respecto a los crímenes de estas personas, nos llevaron a descubrir que se trata de una red de tratantes de blancas, lo aterrador de esto Elena, es que no es una red cualquiera, estos malditos, modifican a sus víctimas a modo de que las jovencitas que han secuestrado, las convierten en muñecas sexuales vivientes, si te lo preguntas ahora mismo, estás en lo correcto, la aparente muñeca que llevaban esos tipos, era en realidad, una joven, que al parecer aún estaba con vida. Ellos negocian con ellas, las venden y las demandas van en aumento, es importante detenerlos cuanto antes.
Elena sintió un vuelco en el corazón, y entonces cuando llegaron a donde ella vivía Martin la miro fijamente necesito de tu ayuda, estoy seguro de que no tardarán en buscarte, pero tranquila, no voy a dejarte sola, estaré vigilando toda la noche, sin embargo necesito que me guíes hasta ellos Elena salió del auto, estaba aterrada y al parecer sola, no tenía más que acatar las órdenes de Martin, no podía llamar a la policía, aún no ocurría nada, y cuando ocurriera iba a estar sola y sin poder defenderse, le quedaba confiar en él, entró a la casa e intento dormir.
Eran cerca de las 3:35 a.m. cuando escuchó uno de los cristales de alguna ventana romperse, se paro descalza, intentando no hacer ruido, salió de su habitación ¡que se joda ese policía! Pensó, yo me largo y quiso correr hasta la puerta, cuando sintió un ardor inmenso en la nuca, y un dolor intenso en la cabeza, y cayó al suelo.
Despertó en una habitación obscura, apenas iluminada por tenue luz roja, la mesa era fría, rígida, era una plancha de metal, con manchas que ignoraba que eran, cinturones de cuero sujetándola de muñecas y pies, miro a su alrededor, de la pared mascaras de caucho, manos, piernas, senos, pelucas, intento librarse, tres hombres entraron a la habitación, hola muñeca, saludo uno de ellos , no te preocupes todo estará bien, entonces escucho un grito horrido, giro la cabeza hacia arriba, y miró cómo a una joven le ponían una de las mascaras que había mirado, y cubrían el resto de su piel con un liquido blanco que al parecer estaba algo caliente, olía un poco a piel quemada, le inyectaron una sustancia y al poco tiempo la joven se quedo callada, inmóvil –Otra muñeca para la colección- celebro un viejo. Elena comenzó a gritar y a forcejear frenéticamente.
La puerta de la habitación se abrió, un escuadrón de las fuerzas especiales entro, Martin se acerco a Elena y le dijo: tranquila, has hecho un buen trabajo al fin estos cerdos se pudrirán en la cárcel

Mea culpa

Esta sombría manía de vivir,
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra Laura no lo niegues.
Hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero el  no volvió.
Oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
basta  de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú
te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!
Tranquila Laura,
esto también pasara.

Cierra  tus labios, necio,
No gires hacia mí tu rostro;
La furia del cielo te derribará,
Entonces mi boca será tuya.

Borra tu sombra de mi camino,
Y no derroches vanas plegarias;
El salvaje viento puede insinuar tu canto,
Más nunca rogaré que te quedes.

Llévate lejos esos falsos ojos oscuros,
No los demores sobre mi rostro;
Te amé con gran amor, y ahora un gran odio,
Lúgubremente, se sienta en su lugar.


Pensamientos en días de lluvia



El tiempo cura las heridas dicen, las del cuerpo, las del alma, las heridas en la mente y las heridas en el espíritu, pero es mentira,  lo sé bien yo que aun respiro por cada herida añeja, y recuerdo el dolor como el primer día en que nació cada una de ellas.
Pero me duelen más las que me recuerdan a ti, me duelen más las heridas que tú mismo dejaste en mi alma, en mi piel, en cada recuerdo que infecta mi mente, dicen que el tiempo cura las heridas, pero es mentira, pues ya pasaron años desde que me dejaste con una herida mortal en el corazón, que apenas late ya su desdicha.
Decían que el tiempo curaría las heridas, todas ellas, pero mintieron, solo la venganza cura las heridas, solo la retribución cierra las heridas que sobreviven los años, las que no son alcanzadas por el olvido, las que no son enterradas por los escombros de un mundo destruido por el dolor.
Dicen que el cuerpo cura las heridas del alma, del cuerpo, de mi mente, pero aun te recuerdo como ayer, y aun siento el dolor en cada recuerdo, en el corazón, en lo más recondito de mi alma ansiosa de encontrar la muerte para sentir alivio de tu recuerdo, del dolor constante, de esta agonía que carcome mi mente y ahoga mi alma con ese sentimiento.
Solo la venganza alivia el dolor, y solo la retribución trae alivio, vomitando el veneno infectado por esquirlas de metal oxidado que rasgan cada centímetro de la garganta al salir, solo así expresa la voz su profundo dolor, vomitando la oscuridad anidada en el alma, exprimiendo cada gota de odio y rencor en el corazón, solo así se curan las heridas del alma, del corazón, de la mente, solo así sana el corazón y encuentra el olvido que alivia el dolor para siempre.
Solo así encontré el alivio y el olvido que buscaba, lo que el tiempo no me dio, solo así sano mi alma, mi mente, mi corazón, solo así te olvide. El tiempo no cura las heridas, solo entregarse al dolor y rendirse por completo al rencor y al odio exprimiendo hasta la última gota de veneno en mí ser en un grito desesperado.
Vomite cada esquirla retorcida y oxidada de rencor por mi garganta cansada de llorar, y el odio se expresó con oscuras palabras, exprimí cada gota de dolor en una sola exhalación hasta quedar exhausta en el suelo, desgaste mis puños en el suelo y mis ojos lloraron sangre y mi alma sano, sacudiéndose la vieja piel, rompiendo esa vieja piel como una crisálida seca y muerta, emergiendo una piel nueva, una piel del color de fuego, llena de vida, con ganas de cruzar el cielo sin atadura alguna.

Así cure mis heridas que se hundieron en el olvido, ahora respiro aire libre, ahora respiro libertad, ya no recuerdo el suelo porque mis alas no se cansan de volar, ya no recuerdo el dolor, mi piel no tiene heridas, mi piel es como el fuego que brilla más con el viento, más fuerte fulgura y más fuerte es su calor con el viento. Mi nueva piel solo siente caricias, la caricia de la libertad, del viento, del sol, del ayer, no queda ni el recuerdo.
Déjame, sincerarme
No sé cuál es el camino a tu corazón
Pero déjame buscarlo
Seguiré tu olor
El río de tu llanto
Las huellas de tus pasos,
Tratare de escuchar tu canción
No pongas barricadas, ni cierres las entradas
Que si logro llegar…
Sabré esperar…

Hasta que me abras

Extraño



Haz venido lentamente a despertar mis sueños, en el silencio, donde habita la verdad.
Sin ganas de levantarme, miro tu lado en nuestra cama y no estas.
Abrazo la almohada, me hago pequeñita, me envuelvo en sollozos…
Esta soledad pesa, pero tu compañía era una lamentable agonía, destrozando poco a poco mi cuerpo, mente y sentir.
No fue mi culpa, yo esa noche te lo advertí. Y te dio igual.
Ahora puedo imaginar miles de lugares donde puedes estar…
Si tu empeño en aferrarte permitiera, que estuvieras conmigo por más tiempo, 
Pensaría que el amarte es la manera
Mas ya no perteneces, no eres,
Solo queda lo que fuiste, que no es poco .

Perpetuo



Tan remoto como el día de morir
Más alejado que el primer recuerdo olvidado
Así de lejano está el día en que quizás piense, en quererte un poco menos.
Más pequeño que un punto en mi papel en blanco…
Y más pequeño que la más pequeña peca de tu espalda,
Así de pequeño es el instante en que piense mi alma
En quererte un poco menos de lo que te quiero
Y tan inmenso como el universo
Como la lista de las listas de las cosas que hay en este mundo
Tan pequeña como mi mano acariciando tu espalda
Y sin saberlo, acaricia las fibras que llevan mi amor a lo más profundo de tu alma.
Así de grande es este amor que sembraste en Barcelona aquella tarde.
Cultivaste con paciencia a mi lado y velas cada noche desde tu almohada
Pensaré que no es en serio, te iras acercando a mi corazón lentamente
Tal vez te sueñe y sabré que ya te has quedado dentro.
Pensaré en un futuro...juntos y seguro apostarás más de lo que espere.
Harás que te necesite y sin tenerte... moriré si no te sigo
Y entonces te marcharas, como el humo que escapa de mi boca
Desesperada te buscare por los recodos del camino; Entre el fuego que sofoca, en los cuadros del olvido la pena que me toca
Pero si me esperas o si tú vuelves, indicio preciso que aún me quieres
Escribiré los más hermosos versos que aún no se han escrito.
Serás tú a quien entregue mi alma, a quien entregue mi espíritu.
Una vez más daré por sentado que nunca es en vano lo sufrido

La otra orilla


Recostada en el silencio de esta oscura habitación, esta vez no pensaré en la profundidad de tus ojos,
Este día no dedicaré minutos al recuerdo de tus manos en las mías,
Prohibiré a mi mente el pensamiento de tu rostro,
dibujando una sonrisa mientras bajas la mirada.

Sentada a la orilla de mi cama,
misma hora en que el insomnio llega puntual a tu recuerdo,
pero esta madrugada tiene un tono diferente,
hoy evitaré recordar aquella melodía que se encierra en tus palabras,
el sonido de tu voz que se cuela en mi cabeza,
las miradas que confortan al compás de una caricia.
Aunque esta noche es igual de oscura que las otras, no pensaré más en los instantes que tus besos de apoderan de mi vida. Dejaré que el corazón descanse de la angustia del recuerdo, mientras en cada palpitar construye otra poesía.
Es que hoy no necesito recordarte nuevamente,
esta noche tan oscura finalmente brilla la fortuna,
de este amor que da tregua al pensamiento,
esta noche de caricias y ternura,

eres tu quien me espera en la otra orilla.

Contar conmigo.



Contame tus delirios con mundos lejanos
Y de la muralla que separan tus deseos de mi destino
marca el camino para encontrarlo
Y prestame tu luz para seguirlo

Contame  si aún sigue en pie nuestra ofrenda
Cuando después de diez canciones,
Juramos ante nosotros pues no había nada más que valiera
Que pase lo que pase, no dejaríamos que el mundo nos envolviera

Creo que subestimamos al enemigo
Pero a pesar de los años y no sé si por nosotros o por favor divino
Aún no hemos ganado, pero tampoco hemos perdido
Y quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo.


No soy tu esclava, no me pierdo en ti,
Nunca me pierdo, aunque mi alma ansía
Perderme como la llama en el mediodía,
Perderme como la nieve en el mar.

Estas ausente, y aún te veo
Como un espíritu hermoso y brillante,
Sin embargo soy yo quien inconstante
Anhela perderse como una luz en la luz.

Arrójame profundo en mi sentimiento,
Apaga mis sentidos, déjame sorda y ciega,
Arrastrada por la tempestad de tu amor

Soy una hoja en la premura del viento.

Sesgando la fantasía



Destellos de luz provienen de todas partes,
pero no puedo ver mi sombra.
Espero algo que me haga reaccionar y salir de este silencio que ensordece.
Intento hablar, mi lengua adormecida y mi boca pastosa,
no logro pronunciar palabra alguna. Es una cruel censura.
Y con la misma poesía que escribí este llanto 
En la censura, apareció la asfixiante narrativa
Única salida para describir el humillante ardor del vacío sin final.

Pues mi mano, en un acto de defensa, intentó sujetar los latidos del corazón. Crecían y crecían, sonaban y sonaban, se aceleraban y aceleraban pues sentía que llegaba la guadaña del destino. Cerré los ojos mientras movía mi cuerpo en un retorcido dolor para intentar escapar. Pero el sudor y unos pequeños llantos de asfixia me devolvieron a la realidad. "No había final porque el fin acababa de llegar".
Cuando la luz se tiñó de oscuridad un sonido me sobresaltó. Como si escapara hacia una nueva irrealidad. Mi cuerpo, entumecido por un frio sudor, se levantó bruscamente mientras gritaba de terror. Mi respiración acelerada se fundió con una visión borrosa buscando una salida. Necesité unos segundos que fueron interminables para reconocer una ventana y un mueble con un teléfono que sonaba sin cesar. 
La mitad de mi cuerpo volvió a caer sobre la cama mientras unas manos aliviadas se posaban en mi frente. Mis latidos se convirtieron en suspiros que salían de los labios que antes gritaban. Lentamente volví a tener paz dentro de ese cuerpo maltrecho y untado en sudor. Finalmente mis ojos se cerraron aliviados ante la nueva realidad. Acababa de despertar.

Tres puntos



Soy ese suspiro que no quieres oír.
La corriente en la que quieres nadar.
La alegría en tu suave recordar. 
Soy el sentir donde te refugias, del cual huyes,
Errante te mezclas entre el mar de tormentas,
sin atreverte a cruzar

Soy el fénix que renace,
que siente y vuela por donde caminas,
aunque no reconozcas mi aletear.
Y el silencio…
Solo encierra una verdad reflejada en tu mirar,
Y Surge una promesa ante el ocaso,
el de renacer con un sublime despertar

Darse cuenta



Sé que no soy la misma del sábado pasado
Ni soy la que mañana lunes irá a trabajar,
porque abandonamos las mudas de la piel
como quien se desnuda de sus prendas más íntimas
y echa a la ropa sucia aquel que fue.
Y en un montón de trapos, a punto de lavar,
vemos, con mucha pena,
un pañal de la infancia,
el uniforme inevitable de colegial,
la vestimenta rancia
con la que se nos hizo comulgar.
También con pena vemos
el vestido inocente con que estrenamos
nuestro primer amor,
la ropa del domingo
y la de fiesta el sábado.
Recordamos el día que estrenamos,
ilusionados en nuestra madurez,
ropaje de adulta
que nos hizo tan femeninas e impuras
frente al mundo por conquistar,
para afrontar la vida que nos tocó vivir.
Y al final, el blanco sudario

Mi poesia


A veces me viene el  entusiasmo
y vuelve la emoción de escribir poesía
igual que si tuviera ahora veinte años,
y prisa por comerme el mundo.
Pero ya no es lo mismo
porque me cuesta tanto pelear cada noche
contra el papel vacío,
mendigar una palabra que signifique algo
diferente al cansancio o al escepticismo
que alimentan mi vida.

El peor de estos días peores
será cuando acabe atrapada por una telaraña
que crece entre mis libros
regada, en mitad de una selva de letras,
por el polvo del tiempo gastado.
También los poemas son a veces
como un monstruo que me traga
que me devora viva
y mañana será domingo, por ejemplo,
y seguiré escribiendo estas u otras cosas
que es como decir
continuaré soportando esta existencia
la única quizás,
más flaca que nunca
y tan desconsolada como de costumbre,
mientras recuerdo que Borges llegó a decir
en insolente argentino
que dejar de escribir un solo día
era pecar contra el Espíritu Santo.

Luego queda ese regusto amargo
por saber si este baile con la poesía
vale para algo, porque el zapatero
piensa en lo bien que caminan sus zapatos,
y el albañil seguro de su oficio
sabe que los techos de su casa
no dan agua y refugian del frío,
pero estos versos míos tan raquíticos, tan blandos,
¿A quién dan de comer? y ¿a quién calientan

en sus peores ratos?

Sigo con inquietudes



Hace mucho tiempo tomaba una clase en la facultad sobre violencia en la literatura.
Entre las teorías que manejaba mi profesora había una que respaldaba todo el curso.
La teoría provenía de Elizondo, un escritor mexicano que decía (parafraseándolo): que la violencia es la irrupción repentina sobre algo lineal.
 Es decir una ruptura sorprendente, para Elizondo la violencia no estaba ligada a esta concatenación sentimientos mal intencionados e iracundos, sino a la alteración de orden y normatividad.
Cuando recuerdo esta teoría pienso que Elizondo estaba enfocado, de algún modo, a la frialdad y vacío del humano, que hoy en día está tan de moda. Para mi suele ser un pensamiento de salvación, algo que me permite interrumpir este hastío por la vida que a veces siento. No quiero decir que la violencia insana sea mi pro de vida: el matar, robar, hostigar etc. Sino la violencia ligada a la creación.
Veo a la creación como el llanto de un niño recién nacido: cuando los niños nacen se crean una especie de silencio que permite que se capte a plenitud su primer berrido en el mundo. Así, el nuevo ser marca su estancia rompiendo con la armonía, y al mismo tiempo da su primer aliento. Un aliento de esperanza.

En definitiva cada vez que deseo violentar mi entorno dejo de pensar en la televisión y las páginas sociales y me pongo a escribir. La escritura es el aliento que me hace existir.

En viaje




Muchas  veces andamos los caminos
 Y buscamos alegrías ó emociones
 Nos topamos con tristezas o traiciones
 Y sufrimos los embates del destino.


Hay caminos que nos dan sus ilusiones
Con amores muy reales y divinos
Ilusiones cual momentos los vivimos
En un tiempo de virtuales situaciones.



Llegamos a pensar las conclusiones
Que la vida de momentos recibimos
y la historia que en ella escribimos,
es la historia que reímos o lloramos.

Ahora es el momento en que amamos
y se quedan muy lejanas mocedades
Encontramos el amor en las edades
que se llena de románticas canciones

Es mejor las ilusiones que soñamos
que se tienen en algunas ocasiones
Las llenamos en la vida de pasiones,

y después aunque seamos soledades.
Un intenso velo oscuro enturbiaba su visión.
Notaba como crecía y se expandía hacia límites insospechados. Ese picor…. Lo corroía por dentro e intentaba salir, por todo su cuerpo, por cada poro de su ser.
No podía recorrer una línea de pensamiento clara, no se centraba en nada…..o casi. Una rabia inmemorial, ese era su único propósito y motivo de supervivencia, no había otro hilo cerebral al que agarrarse.
En un último instante olvidó como llegó allí; cómo se encadenó al árbol intentando limitar lo que vendría después. El miedo le atenazaba por momentos, cuando la ira dejaba hueco a los últimos restos humanos que le quedaban.
La expansión de sus sentidos no hacía más que perturbarle todavía más. Podía escuchar como croaban las ranas del estanque, como ululaban los búhos en los helechos. Su tacto se quintuplicó haciéndose incomprensible para la mente humana; pues ¿se puede entender que haya alguna especie conocida, que alcance un nivel máximo de interacción y comprensión solo tocando algo vivo o inanimado? ¿Es posible que sintiera el paso de los años por ese tronco al que estaba atado?
Únicamente le quedaba el miedo, era el único enlace con su antiguo ser….y se escapaba poco a poco transformándose en la más pura e irracional rabia que existía.
¡No! ¡Aguanta un poco más! La retahíla de su consciencia no consiguió nada. Solo acrecentar y estrechar el tiempo que quedaba para su explosión final.

Ya era tarde. Qué, cómo y porqué estaba allí eran sentimientos que no recordaba en absoluto. Es más, no le interesaban lo más mínimo. La bestia se liberó cortando de raíz el tronco de aquel roble milenario y desatando todo su poder. Un ser increíble, salido de las más retorcidas pesadillas infantiles de cualquiera. Algo descomunal, grande, inmenso y terrorífico.


Desorientada y perdida, la bestia alzó la enorme cabeza y aulló al disco lunar. Aquella aterradora melodía sonó como si aquel ser estuviese pidiéndole explicaciones a alguien sobre el motivo de su existencia….

By Laura


Y… soy así
lloro cuando pierdo
y cuando estoy feliz.
Renazco tras el huracán,
aprieto fuerte los puños
en el dolor
templando el grito
para no caer
y siento mis ojos brillar
bajo el halo del amor.

Con el viento de la experiencia
azoto la tierra contaminada,
despejo el campo
para seducir la brisa
que me trae frescura.

Soy así y, no me asusta
el horizonte oscuro
y relampagueante,
no me atan las palabras
que no dejan huellas,
ni me quiebra el mar
que enamora,
destruye
y se marcha.

Me entrego completa,
mis latidos no esconden
arpegios de contrabando.
Llevo en mi frente
la verdad tatuada,
en mis manos
la fuerza de una caricia,
en mis fibras
el amor
que me talla y desviste.

No hay muro
ni colapso,
soy así.
amante
de horas nuevas cada día
que sin diamantes en sus manos
es reina
en el palacio de su sentir.

 Eterno presente

Cuando la aurora llegue y comience un nuevo día,
busca un momento de paz para escuchar tu alma.
Profundiza en ti mismo hasta donde ella mora,
y escúchala.
Capta su vibración primera, la más bella melodía
que interpreta el alma.

Allí en lo profundo de ti mismo sólo existen
Libertad… Amor… Sabiduría.
Allí sólo encontrarás lo bueno y lo perfecto.
Y eso es lo que eres en tu esencia.

Toma lo mejor de lo que allí palpita,
lo mejor de ti mismo… y vuelve
para empezar con ello el nuevo día.

Entonces serán tres veces buenos
los frutos que trae cada día,
pues llevarán la savia pura de tu esencia.

Así, busca cada día la esencia buena
que atesora tu espíritu, allí
en lo más profundo de ti mismo,
sazona con ella tus frutos.
Y vive este día como el mejor de tu vida.

Concentra tus energías en vivir intensamente
estas pocas horas que tienes por delante.
Desde que la aurora despierta
hasta que el descanso reparador te llame.

Olvida el ayer y deja el mañana para su momento.
Olvida tus errores pero recuerda la experiencia.
Y si haz de recordar, recuerda sólo cosas buenas
que iluminen este día.
Porque es necio llevar hoy la carga del ayer.

Vive plenamente este día,
porque hoy es el más hermoso don que tienes.
Porque… la vida es un eterno presente.

Y haz de cada día tuyo una oración a la vida.
Al amor, a la alegría.
Un himno a la creación.
Imaginaba que reinarías en mí, por más tiempo.
Que mi vida podía pasar mirando tu boca, por más tiempo
Celebrar cada gota de sudor, nuestro, por más tiempo.
Ver que nuestro hijo tiene mi boca y tus ojos, eso no lo quita el tiempo.
Recordar el primer beso, riendo nerviosa, eso no lo quita el tiempo.

Porque vos sos y serás el gran amor de mi vida y de nuestros tiempos.

"El Fuego y la Ceniza"

Hoy se derrumba a pedazos mi alma, el fuego hiriente quema y deja en cenizas este corazón.
 Aun deliro en tus brazos y pido por más del veneno de tus labios,  mis ojos suplicantes se embelesan con tu boca,
Y en mi sufrimiento solo puedo amarte, rogando porque este sádico placer no termine jamás.
 Atormentas con tus recuerdos mi mente, y con risa macabra absorbes los pedazos de mi alma… yo solo quiero fundirme a tu piel, rogando para que este momento aún no termine
Estúpida, ignorante me encuentro bebiendo el elixir que poco a poco despedaza mi cuerpo, envenena mi sangre, muriendo lentamente
Viendo en tus ojos, el tormento de mi alma y el placer de mi carne por desearte sin medida

Inmaculada estirpe


Yo sé que algún día, la mujer de carne y espíritu morirá,
y la  de los huesos persistirá.
Los sentidos se perderán de manera sideral.
Esta lengua que habla, estos pulmones que gritan, esta vitalidad que nos apresura y desea… este cerebro que llena mi cráneo con ideas se dormirá para no despertar.
Mis  huesos inmortales tomarán el control, de esta carne muerta y la muerta hora.
Lenta baja la interminable noche, y el nuevo nacimiento cae sin reproche,
Inquieta intentare seguir vagando, lento y solo peregrinar
Será que ni en ese estado podre descansar de la pena y la maldad, de la libertad y la gloria.
Todo tiene un porque, y mi porque será que mis hijos quedan, en cuerpo y alma, vestidos… no son eternos,
Y vociferan que descansare. Ilusos, por ellos ah de hacerse mi voluntad, su vida y su carne siempre me pertenecerán
Hasta que mi sentido decaiga, este grito de mi pensamiento golpeará la distancia, la ausencia y el duelo.

 Ya está escrito.

Ave fénix


 Siento  que estoy fuerte
de hueso y carne.
Siento que el pasado fue parte de la novela
develada
atormentadas noches y secretos de amor
prohibido.
Siento que en un tiempo remoto
la soledad oscureció instantes
y nadie salió en defensa.
Siento que hay batallas que el destino
nos permite ganar
y otras no
como un sino que está escrito.
Siento que uno va cambiando
los arrebatos dejan de ser incendio
y pasan a ser llama
o destellos inhóspitos.
Siento que la adultez corrompe
parte del asombro
y la ingenuidad de los primeros días.
Porque  como el ave fénix
estoy nuevamente renaciendo
dispuesta a todo

por vivir.

Intensa



No te asustes si soy intensa.
Estoy loca, pero no enferma.
Si de todos modos un día
vamos a morir,
¿por qué no arriesgarnos
a amar?
A medias no doy nada
si lo doy, es todo.
Asfixiaré todos tus monstruos
y los convertiré en flores.
Te cambio cada decepción
por la oportunidad de ver la belleza.
Lo doy todo, pero no amarro,
me quedo, pero no dependo.

No te asustes si soy intensa.
Me siento plena y lista para compartir,
traigo los labios desnudos
y el corazón repleto
de magia para correr contigo
hacia todos y cada uno
de nuestros sueños.

Soy poemas, libros, charlas
y compañera.
No te asustes si soy intensa.
el amor que nada reprocha
y nada teme,
es todo lo que tengo.